Burundi, el diminuto y fértil país africano ubicado en el centro del continente es denominado el corazón de África, tanto por su silueta como por su situación geográfica. En Burundi casi toda la población vive de lo que cultiva, y unas 700.000 familias lo hacen directamente del café, un producto que los autóctonos, aseguran, llevan en su corazón. 

Burundi es un país sin salida al mar, con escasos recursos económicos y una economía predominantemente agrícola, en la que el café es vital. Con no más 200.000 sacos de producción anual, el café burundés representa hoy por hoy poco más de un 1 % del mercado mundial, un porcentaje que aunque muy bajo en comparación con otros países productores, significa hasta el 65 % de las exportaciones de Burundi y por tanto una fuente importante de ingresos para la economía nacional y de las más de 700.000 familias caficultoras que además dedican parte de sus tierras a agricultura de subsistencia – trigo, maíz, arroz, plátano, etc. – para complementar dentro de su renta anual, el ingreso puntual de la venta de su café y paliar las fluctuaciones de precios del mercado internacional del café que no siempre les resultan favorables.

Café, entre el resentimiento y la esperanza

El café fue introducido en Burundi a principios de 1930, durante la época del país como colonia belga. En aquellos años, los agricultores burundeses fueron obligados a cultivar cierta cantidad de cafetos que los belgas enviaban principalmente a Europa o bien utilizaban para cubrir la demanda de café de los europeos en otras colonias. 

Cuando Burundi obtuvo su independencia en 1962, el sector del café (entre otros) se privatizó, eliminando el control del gobierno, excepto cuando fue necesario para la investigación o la estabilización de precios. El cultivo de café, sin embargo, había dejado un mal recuerdo a los burundeses que lo consideraban una industria impuesta por los extranjeros. El café cayó en desgracia, la calidad disminuyó, y muchos cafetos fueron arrancados o abandonados en aquel tiempo durante el cual, además, la constante agitación política y bélica hacían difícil cualquier producción estable. 

El sector del café y toda su infraestructura asociada fue tomada por el estado, que controló el comercio durante más de tres décadas. La esperanza era que el gobierno pudiera apuntalar la calidad y mejorar la productividad y la rentabilidad del café, pero estos resultados no se materializaron.

A partir de 1997, después de la guerra civil de los años noventa y la devastación casi total de la economía del país, el estado empezó a renunciar parcialmente al control sobre el comercio de café, dando luz verde a la aparición de empresas públicas y privadas que infundieron un nuevo carácter al sector, abriendo las puertas a la innovación y mejoras en todos los ámbitos del café, desde el área de procesos de producción, al control de calidad, pasando por el posicionamiento competitivo y la incorporación de la tecnología en múltiples ámbitos en origen.

Fue así, que en la primera década de la década de 2000, inspirados en gran parte por el éxito de la reconstrucción de la vecina Ruanda a través del café, que la industria cafetera de Burundi experimentó un nuevo resurgir. Desde entonces, ha continuado avanzando en dirección a la privatización, mejorando, constantemente, la calidad y la reputación del café del país. Hoy, el café es el cultivo número uno en exportación de esta pequeña nación, habiendo desempeñado, además, un papel importante en la estabilización del país.

El mejor lugar donde cultivar café

África oriental es conocida por su café de alta calidad y Burundi no es una excepción. Gran parte del país tiene excelentes condiciones para producirlo: buen terroir, buena altitud y un clima muy favorable. Es así que los burundeses renunciaron hace ya tiempo a perder la oportunidad que les presenta el café. Desde el año 2010, la producción de café especial está aumentando – con especial incidencia a partir de 2015 – y los orígenes únicos burundeses han demostrado un alto potencial en el mercado. Los productores se esfuerzan por mejorar sus prácticas agrícolas y hoy, ya son muchos los granos de este origen que han superado la barrera de los 90 puntos en concursos internacionales, llamando la atención de paladares exigentes de todo el mundo.

Productores y el café burundés 

La producción de café en Burundi es principalmente una actividad de pequeños agricultores, estimándose que aproximadamente in 30% de los hogares de todo el país dependen de este cultivo para su subsistencia. 

Las fincas son pequeñas, inferiores a una hectárea y se estima la media de árboles por caficultor, entre 50 y 250 unidades, un ratio perfecto para asegurar un cuidado puntual de los árboles y asegurar cafés de alta calidad. 

En las fincas burundesas crece básicamente café arábica, 98% de la producción nacional, y solo en a las planicies de la región de Imbo, dominada por el lago Tanganica, el segundo más profundo del mundo después del Baïkal, se pueden encontrar algunas fincas con robustas. 

En lo que respecta a las variedades cultivadas, el café arábica con mayor producción es el Bourbon, omnipresente en la mayoría de las plantaciones, donde también podemos encontrar subvariedades, como la «Jackson» y «Mbirizi». 

En general, la variedad Borbón es conocida por su gran dulzura y cuerpo redondo. Sin embargo, debido a las diferentes condiciones en las diferentes regiones del país, la taza burundesa presenta diferencias según su origen, compartiendo, eso sí, como características generales, una buena calidad, limpieza, cuerpo, notas a frutas cítricas – en todos los cafés de Burundi, la fruta de la pasión y la piña son notas recurrentes, independientemente de la altitud – y agradable acidez, la cual, tal y como explican los licenciados Q Grader locales, es consecuencia directa de la altitud de los cultivos de este café.

Además, en los cafés de alta calidad y altitud de Burundi (SCA 85+) a menudo se pueden identificar notas de frutas, flores y miel, acompañadas de consistencia, equilibrio y un cuerpo completo. Mientras que en los cafés de menor altitud, las características generales pasan, en general, por un cuerpo más ligero y más notas de chocolate y avellana. 

El 100% del café de Burundi es cosechado a mano y secado al sol en parihuelas elevadas, aunque de momento solo el 5% de su producción es considerada de especialidad. Igual que en otros países del este de África, el método de procesamiento utilizado por la mayoría de los agricultores burundeses es el de la doble fermentación, el cual contribuye a los perfiles de sabor limpio y brillante de los cafés de este origen. 

En cualquier caso, las características particulares de cada café burundés, vienen determinadas directamente por su zona de cultivo, pues si bien, la producción es general en la práctica totalidad del país, los suelos y climatología de cada zona otorgan el carácter final de cada taza. 

Así, en Burundi, el café crece en altitudes que van desde los 800 a los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Mayormente, estos territorios gozan de suelos de origen volcánico, ricos en nutrientes como el nitrógeno y con una gran capacidad para retener el agua de la lluvia – 1.200 milímetros al año, aproximadamente-, lo que unido al clima ecuatorial imperante en el país, beneficia directamente al crecimiento de los cafetos y al desarrollo de su fruto. 

Las mayores regiones cafetaleras se concentran en el norte y el centro del país, Kayanza, Ngozi, Gitega, Muyinga, Bubanza y Kirundo, aunque en el sur, por ejemplo, es fácil encontrar fincas con buen café en cantidades más pequeñas. 

Kayanza 

Situada en el norte del país, esta región que comparte frontera con Ruanda (bosque de Kibira), es la zona productora de café más grande del país. El clima moderado y suave de Kayanza (temperatura promedio de 18 °C), la elevación de aproximadamente 1.700 – 2.000 m.s.n.m, el pico de precipitación en abril y sus meses de julio relativamente secos, favorecen unas condiciones excelentes para producir aquí café de calidad. Además, en esta zona, en todos los beneficios húmedos utilizan agua del Nilo para procesar las cerezas. Todos estos factores combinados conducen a la reconocida alta acidez y notas cítricas del café Kayanza. En 2018, el café de mayor puntuación de Kayanza se calificó con un 91,43 en la Taza de la Excelencia, acumulándose entre los 90 y 80 puntos muchos otros lotes de esta región. 

Ngozi 

La región de Ngozi se encuentra al noreste del país. Aunque no tiene el mismo volumen de producción que Kayanza, muestra un gran potencial de excelente calidad. En la Taza de Excelencia de 2018, un lote de Ngozi obtuvo una calificación de 90,32, mientras que otros cafés de la misma región recibieron puntuaciones entre los 86 y 90 puntos. En esta región las cooperativas han crecido con fuerza y han permitido una efectiva organización de los caficultores. El café de esta región destaca por su dulzura y una acidez pronunciada. 

Kirundo 

La provincia de Kirundo, en el noreste de Burundi, produce pocas cantidades de café. Sin embargo, esta zona presenta un alto potencial de calidad, ya que la mayor parte de las fincas se ubican entre los 1.400 y 1.700 m.s.n.m. Algunos lotes de esta región han sobrepasado los 86 puntos en la Copa de la Excelencia.

Muyinga 

También en el noreste de Burundi, Muyinga comparte frontera con Tanzania. El café crece a un promedio de 1.800 m.s.n.m. en terrenos con características típicas de las zonas cafetaleras burundesas: clima templado, suelo volcánico y una precipitación anual de alrededor de 1.300 milímetros.

Gitega 

Se trata de la región central de Burundi, un área montañosa con temperaturas que oscilan entre 12 ºC y 18 °C, durante todo el año. Las precipitaciones son más bajas que en otras zonas del país, alrededor de 1.100 milímetros por año. Además de cafés ganadores de la Copa de Excelencia local, en Gitega también encontramos un laboratorio de café donde se realizan todo tipo de tareas relacionadas con la calidad y donde se catan, también, todos los cafés de la zona dirigidos a la exportación.

Bubanza 

Esta provincia del norte de Burundi, limita con Ruanda y la República Democrática del Congo. La altitud de los cafetales varía entre los 1.100 a 2.000 m.s.n.m., siendo la precipitación anual media en este territorio de 1.100 milímetros, aproximadamente. Las temperaturas son bastante constantes, manteniéndose entre 18 °C y 22 °C, todo el año.

Consumo interno
 
Si el esfuerzo por dar a conocer el café de Burundi fuera del país ha sido importante, la promoción interna es prácticamente inexistente, todavía hoy. Actualmente, poco menos del 1% del café que se produce en el país es destinado al mercado doméstico, y el problema no es que los burundeses no aprecien el excelente sabor de su café, sino que prefieren los beneficios de exportarlo, por lo que el consumo interior es prácticamente nulo. 

Parque Nacional Kibira: café y Colobos blancos y negros 

En el norte de Burundi, distribuido entre cuatro provincias – entre ellas Kayanza, Ngozi y Bubanza – se encuentra el Parque Nacional de Kibira. Una parte importante del parque es selva tropical de montaña, la única en Burundi. 

Desde tiempos ancestrales, los nativos de este país atribuyeron un carácter sagrado a estos bosques y los relacionaron con la magia, y esta es una de las principales razones por las que se ha conservado relativamente bien, a lo largo de los años. 

Además de ser el lugar más importante del país para la conservación de aves, Kibira alberga varias especies de primates. Uno de ellos es el simpático mono Colobo blanco y negro, reconocible por su pelaje negro con melena blanca alrededor de la cara y melena blanca hacia la espalda y es en la imagen de este primate y los bosques que lo albergan que se dibuja la inspiración para el café de Icona y Farmers & Co, que lleva el nombre de Kibira, y luce la imagen de un mono Colobus en sus bolsas llenas de granos de cafetos de Kayanza.

Este café especial es importado directamente contra una prima por la empresa española, siendo un inmejorable ejemplo, de ayuda, también directa, a los pequeños productores y a sus cooperativas que con los beneficios han iniciado nuevos programas de innovación que les permitirán seguir avanzando en la calidad de su café durante los próximos años.