En 2019 se ha conmemorado el siglo y medio de la constitución de la Junta de Obras del Port, que impulsó la construcción y desarrollo del puerto moderno, principal punto de entrada de café verde en España.

El inicio de la historia de la construcción y desarrollo del puerto moderno de Barcelona se remonta a 1869, cuando se constituyó la Junta de Obras del Port de Barcelona, la primera entidad responsable de la administración y gestión de la instalación catalana, que impulsó la financiación y construcción de las obras del puerto actual. Fue la primera Junta de Obras del Estado y con las infraestructuras que desarrolló consiguió superar un problema histórico de la ciudad: proporcionar un resguardo amplio y seguro para los buques.

Con el impulso de la Junta de Obras, los antiguos muelles medievales se transformaron en la infraestructura moderna y eficiente que requería la ciudad y el Port de Barcelona se convirtió en la instalación marítima que la economía catalana industrializada necesitaba para conectarse con el resto del mundo. La nueva infraestructura facilitó la llegada de las materias primas que las industrias del país pedían para crecer: carbón, algodón, hierro y otras materias, y se convirtió, asimismo, en la puerta por donde salían las exportaciones de ultramar. 
 

La Junta de Obras del Port de Barcelona pudo constituirse gracias a los cambios de gran trascendencia que llevó, en pocos meses, la Revolución de septiembre de 1868. La voluntad de cambio real y al servicio de la sociedad de aquel Gobierno permitió la aparición de una nueva administración con capacidad y con herramientas para conseguir una financiación suficiente para dar respuesta a las demandas de los ciudadanos, de la economía y del conjunto del país.

En consecuencia, la Junta de Obras incorporó a los sectores con interés directo (comerciantes, armadores, industriales, navieros, marinos) en el nuevo órgano de gobierno. Hace pues, 150 años ya se abrió la gestión de la ampliación y desarrollo del puerto a lo que hoy denominamos la Comunidad Portuaria de Barcelona.

Debe destacarse especialmente el esfuerzo titánico que supuso la construcción del puerto: desde el primer dique iniciado en el siglo XV hasta las más de mil hectáreas de superficie terrestre actuales, todo el Port de Barcelona se encuentra sobre terrenos ganados al mar, con lo que esto supone en la lucha contra la dinámica litoral, a menudo desfavorable, con graves averías provocadas por los temporales. Es así, que la Junta de Obras incorporó en el plan inicial un proyecto de ingeniería avanzado y maquinaría moderna, basada en la fuerza del vapor, que permitió ejecutar de forma rápida y eficiente la construcción de muelles y, muy especialmente, el dragado para conseguir un calado suficiente.
 

Vale la pena recordar, también, el esfuerzo realizado por los gestores para dotar al puerto de muelles, almacenes y ma- quinaria adecuada y suficiente para atender las necesidades del comercio marítimo internacional. Un esfuerzo que se ha mantenido hasta hoy: si en el siglo XIX el puerto supo adaptarse a la llegada de buques de vapor con esloras cada vez más grandes, en el siglo XXI puede operar también a los mayores portacontenedores y cruceros que han navegado hasta ahora.

Tras el impulso modernizador de estos primeros años, y exceptuando el paréntesis de la Guerra Civil y la posterior dictadura, el Port de Barcelona ha seguido dando respuesta a todos los retos que se han ido planteando. Ha sido un puerto innovador desde su creación y lo ha seguido siendo cien años más tarde con la creación de conceptos inéditos en el ámbito Mediterráneo como son la Zona de Actividades Logísticas y el Port Vell -o puerto ciudadano-, el desarrollo de planes de calidad o la implantación de soluciones telemáticas, todos ellos con éxito y que se han convertido refe- rentes internacionales.

Hoy el Port de Barcelona sigue desarrollando soluciones innovadoras para los retos que le plantea el transporte, la logística y el comercio internacionales. Son retos que alcanzan todos los ámbitos, desde la digitalización de todos los procesos hasta la gestión eficiente de las operativas y los flujos de mercancías, pasando por la transformación hacia un puer- to sostenible desde el punto de vista social, económico y medioambiental.

Port de Barcelona
Fotos Arxiu de l’Autoritat Portuària de Barcelona

*Puedes acceder a la revista Fórum Café nº83 completa aquí.