Sevillana de Café sale de su zona de confort —la hostelería y la restauración— para abordar el mercado doméstico, cubriendo el nicho de los cafés exclusivos, ecológicos y basados en micro lotes de producción con una trazabilidad certificada desde el origen hasta el punto de destino. Las ventas a cafeterías, bares y restaurantes suponen actualmente el 95% del negocio del fabricante y distribuidor sevillano de la marca AB. El 5% restante corresponde a un pequeño volumen de fabricación para otras marcas de terceros. La firma prevé alcanzar este año un negocio de 4 millones de euros con una cartera de clientes de 900 establecimientos. Para el próximo ejercicio espera crecer un 7,5%.
Con el lanzamiento de «AB Organic» — la nueva gama ecológica a la que se añade un envase biodegradable, la única versión 100% compostable que hay hoy en este sector nacional—, Sevillana de Café aspira a conseguir que el mercado doméstico aporte el 15% de su facturación en el plazo de dos años. Antes de diseñar este producto gourmet, había testado al consumidor final con versiones de sus básicos de hostelería en formato de 250 gramos. Sus canales de comercialización son la tienda digital y una red de establecimientos especializados, algunos centrados en el negocio a granel para evitar residuos, con la posibilidad de adaptar el punto de molienda a cada tipo de cafetera.
Sevillana de Café tiene su fábrica en Alcalá de Guadaíra, donde trabajan 38 personas. Tuesta cada año 250 toneladas de café. «Compramos grano de unos veinte orígenes. Tenemos los clásicos, procedentes de Colombia, Brasil, Etiopía, Kenia o Vietnan, que es hoy por hoy el segundo productor mundial. El perfil del café está compuesto por distintos granos que configuran su sabor», explica Andrés Bermúdez, consejero delegado de la compañía.