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Café, consciente y responsable

La creciente conciencia ambiental y social, las nuevas generaciones o la influencia de las redes sociales, entre otros factores, están dando lugar a nuevas tendencias de consumo que influyen directamente en nuestra decisión de compra.

El consumidor busca cada vez más, productos exclusivos, sostenibles y que tengan su propia historia que contar. Y es en esta nueva demanda que las empresas de café con estrategias de responsabilidad social y ambiental, ganan protagonismo.

Según una encuesta realizada por la consultora Edelman en 35 países, el 64% de los consumidores declara que recompensaría a las empresas que participan en algún tipo de activismo relacionado con la responsabilidad social o ambiental, asimilando, además, de forma directa, el 40% de la reputación de las marcas a sus planes de trabajo en Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Es más, el 90% de los consumidores aseguran estar dispuestos a boicotear a una empresa si se enteraran de que esta lleva a cabo prácticas comerciales irresponsables o engañosas (Pelican, 2019). Hoy más que nunca, pues, el famoso “res, non verba” (“hechos, no palabras”) atribuido a un antiguo senador romano, toma vigencia y los consumidores premian con su atención y fidelidad a aquellas empresas que lo practican. Tener la certeza que su café proviene de una empresa con los mismos valores que los suyos se ha convertido en un valor añadido a la excelencia de la experiencia de consumo que se presupone a una taza de café de calidad.

A un 75% de los consumidores, por ejemplo, les gustaría que las cafeterías fueran más transparentes sobre el abastecimiento de su café (Allegra, 2020), habiéndose comprobado que las empresas que fomentan esta transparencia, sean cafeterías, tostadores, microtostadores u otras, logran estrechar vínculos más estables con sus clientes, hasta el punto que, según datos publicados en Medium, la plataforma blogging creada por Evan Williams y Biz Stone, cofundadores de Twitter, un 61% de los consumidores estarían dispuestos a compartir más información con ellas, si eso les permite tener una mejor experiencia de compra y consumo. Esta predisposición pondría fin a la siempre complicada reticencia de los clientes a compartir datos y facilitaría la tarea de las empresas para lograr información de primera mano de sus clientes, definir sus gustos y preferencias, fomentar estrategias “direct to client” y trabajar en el diseño, por ejemplo, de presentaciones de café, adaptadas a la demanda de sus clientes, a grupos concretos de consumidores, etc.

CAFÉ ÉTICO

Los muchos análisis de tendencias que se han publicado con motivo del inicio del año, coinciden en que las frases bonitas ligadas a campañas de marketing dejarán de tener recorrido en el futuro si no se acompañan de políticas empresariales que se muevan en el marco de la responsabilidad, credibilidad y transparencia, los valores sobre los que fundamentan las nuevas exigencias del consumidor.

Según datos del Eurobarómetro incluidos en el Informe sobre Consumo Ético presentado el pasado mazo por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, el 21% de la población europea afirma elegir opciones éticas al comprar alimentos, aunque hay grandes diferencias entre los países más y menos comprometidos en este aspecto. En España el porcentaje de personas que se decantan por productos éticos es del 15%, mientras que en Suecia es del 49%, en Países Bajos el 38%, o 30% en Alemania. En Portugal, solo el 7% de la población elige estas opciones.

Estrechamente relacionados con el consumo con criterios éticos son los sellos de Certificación Ecolólgica y de Comercio Justo, de los que el café ha sido abanderado durante años. Según este mismo estudio de Consumo Ético, en general, sin embargo, desempeñan un papel secundario en las decisiones de compra. Mientras que un 32% de la población europea sí afirma que estos sellos influyen en sus decisiones de compra, un 39% reconoce que no se fija en ellos, un porcentaje que en el caso de España se incrementa hasta el 59%.

El 90% de los consumidores opina, además, que fabricantes y marcas deben efectuar políticas que favorezcan un consumo responsable. Asegurando, el 64% de los españoles estar dispuestos a pagar más en la compra de sus productos para apoyar a las empresas que colaboran con las personas que los producen en países en desarrollo. Este es un porcentaje sensiblemente superior al de la media europea, situado en el 50%, según el Eurobarómetro.

EMPRESAS COMPROMETIDAS

Y es en base a esta nueva realidad que los productores, importadores, tostadores, distribuidores y hostelería, toda la cadena del café, desde la semilla a la taza, deberán diseñar sus estrategias si quieren ser competitivos en un mercado en el que, además, las circunstancias que estamos viviendo han acelerado el despertar de la conciencia social entre los consumidores.

Y es que, paradójicamente, más allá de las complicadas y tremendas consecuencias de la pandemia sobre la salud, las relaciones sociales y la actividad económica, la situación provocada por la COVID-19 se ha convertido en un momento único para las empresas, incluidas las de café, a las que se les ha presentado una oportunidad inesperada para mostrar y demostrar su compromiso social. Ejemplos hay muchos, desde tostadores y distribuidores de nuestro país que han regalado café a los profesionales de la sanidad, cuerpos de seguridad y residencias de ancianos; a los que han hecho donaciones para la investigación de una vacuna contra el virus; pasando por los que, incluso, han cedido maquinaria, material y producto para improvisar cafeterías en puntos claves de nuevos espacios improvisados para atender pacientes y que han estados operativos desde el inicio de la crisis sanitaria. A todos estos ejemplos hay que sumar y destacar, además, el apoyo de todo el sector español del café a la hostelería, una de las actividades que más directamente está sufriendo el impacto de las restricciones derivadas de la lucha contra la pandemia de la COVID-19.

Las compañías con estrategias que ponen en valor su capital humano están llamadas a salir reforzadas, también, de esta gran crisis provocada por la pandemia. Más que nunca, las políticas empresariales ligadas a la empatía con los empleados, en las que cada persona importa, han servido y seguirán sirviendo para fomentar presa, lo que en un sector como el del café en el que se trabaja con un producto delicado resulta sumamente importante y un valor diferencial para asegurarse, además, clientes más satisfechos.

Alex Edmans, catedrático de la London Business School, investigó sobre qué factores influían en un desempeño financiero positivo. Tras años de estudio, concluyó diciendo que aquellas empresas que invertían en el bienestar de sus trabajadores consiguen fácilmente un alto rendimiento financiero, y no al contrario. La evidencia empírica en general demuestra que las empresas que valoran la confianza logran mayor retención y compromiso de sus colaboradores y son más ricas en innovación, agilidad, ventas, crecimiento y satisfacción de los clientes.

ECONOMÍA CIRCULAR

Además de todo esto, las prioridades del nuevo consumidor también pasan por el reconocimiento y mayor apego a empresas que fomentan la economía circular, unas iniciativas que en el sector del café en nuestro país, tiene ejemplos destacados. Tal es el caso, del proyecto desarrollado por una de las compañías tostadoras más importantes de España y que ha permitido, recoger más de 121 toneladas de cascarilla desprendidas del tueste de su café y destinarlas a generar biogás o el impulsado por otra empresa también referente en el país que ha instalado una innovadora caldera en su planta de fabricación que utiliza el poso resultante de la producción de café instantáneo para la obtención de vapor, un recurso, a su vez, necesario en el mismo proceso de fabricación.

En algunas ciudades, además, se han puesto en marcha programas experimentales de recogida de posos de café que se destinan a la fabricación de biocombustible sólido, y en los que colaboran algunas empresas tostadoras a través de sus establecimientos de café y clientes hosteleros.

Son casos también de éxito, las políticas de sostenibilidad implementadas por muchas empresas tostadoras y fabricantes de maquinaria y otros productos afines que han sustituido, por ejemplo, su flota de vehículos por modelos menos contaminantes o que han apostado por la arquitectura sostenible para la renovación o construcción de sus instalaciones, empleando el mismo criterio de sostenibilidad en la fabricación de sus productos y maquinaria, lo que en algunos casos, incluso, les ha valido un premio a su com- promiso con el medio ambiente.

PACKAGING SOSTENIBLE

El consumidor está revalorizando, también, la sostenibilidad en el packaging en el momento de la compra. Los envases fabricados con materiales biodegradables en detrimento de los plásticos y otros menos sostenibles, ganan adeptos. En este punto, las cápsulas de café tienen mucho que decir, y es que si bien, muchos consumidores aprecian la conveniencia de las cápsulas de un solo uso, también les preocupa su impacto ambiental. Es por ello que para seguir siendo relevantes en el mercado del café, los fabricantes de cápsulas han empezado ya a abordar las preocupaciones de los consumidores y a fabricar cápsulas de café reciclables, con soluciones innovadoras como las cápsulas 100% compostables, desarrolladas por empresas tostadoras españolas.

Todo confirma, pues, que el cuidado del medioambiente, un correcto uso de los recursos naturales, el respeto de las condiciones de trabajo y un trato justo hacia los caficultores, los empleados y clientes son algunas de las exigencias que los consumidores esperan que las empresas cumplan hoy en día. Estas ideas son muy beneficiosas para la sociedad, pero está claro que también pueden ser una excelente oportunidad de negocio para quienes las pongan en práctica

Fuente:
Eurobarómetro, Allegra, Coordinadora Estatal de Comercio Justo

*Puedes acceder a la revista Fórum Café nº84 completa aquí.


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El café en Europa del Este

La demanda de café en los países de Europa del Este no deja de crecer. Hasta hace unos años el consumo de café en esta región se asociaba principalmente con opciones instantáneas de baja calidad.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la progresión de la mayoría de economías locales y la aparición de un consumidor más informado y exigente, está impulsando el mercado de este producto, con Polonia y Bulgaria como países abanderados de esta nueva era del café en Europa del Este.

El interés de Europa del Este por el café es reciente y, hasta hace pocos años, las importaciones de este producto desde países de la región eran muy bajas en comparación con los volúmenes importados desde Europa Occidental. No obstante, el consumo de café en los mercados del Este registra una tendencia creciente desde el año 2014 y representa ya alrededor del 7% de las importaciones totales de café verde dentro de la Unión Europea, acumulando un 18% de todo el volumen de venta de café en los mercados de la Unión.

Aún y así, el consumo per cápita en Europa del Este es, todavía, relativamente bajo, aunque los datos actuales - Polonia, aproximadamente, 2,8 kg/persona/año y República Checa 2 kg/persona/año, por ejemplo - demostrarían que existe un margen de crecimiento potencial, el cual resulta especialmente significativo si tomamos en cuenta las tendencias crecientes de consumo en otros países de la región como Eslovenia o Croacia que registran un consumo medio per cápita de 5,8 kg y 5,1 kg, respectivamente.

POLONIA, EL PAÍS MÁS CAFETERO

Tirando del carro de esta nueva era del café en Europa del Este encontramos a Polonia que ocupa el primer lugar del ranking de importaciones en los países de la antigua órbita soviética, con 122.605 toneladas de café. Esta cantidad es el 5,14% del total de café importado por la Unión Europea y posiciona al país, como el octavo máximo importador de la Unión, por delante de otros estados tradicionalmente consumidores de café, como Suecia o Finlandia. A todo el café verde importado por Polonia hay que sumar las 50.230 tonela-das de café tostado, incluido descafeinado, que compra también el país para satisfacer la demanda de sus habitantes. En total, el 78% de todo este café polaco llega de la propia Unión Europea, Alemania, Italia, Eslovaquia y Países Bajos que han encontrado en este país un mercado floreciente, con uno de los porcentajes de desempleo más bajos del mundo y una economía que ha protagonizado un importante y “milagroso” desarrollo desde la caída del comunismo en 1989.

Este tipo de importación de café, desde la Unión Europea, no es, sin embargo, monopolio exclusivo de Polonia, sino una práctica común también en el resto de países de Europa del Este que encuentran menos riesgo y más efectivo (costos) el proveerse de café desde los importadores especializados y tostadores de Europa Occidental, en vez de comprarlo en los países de origen. Eslovenia es la excepción de esta regla, y a diferencia del resto, compra mayoritariamente todo su café, 91%, directamente en origen (el 40%, equivalente a 9,9 mil toneladas de café, lo importa desde Brasil, el 26% desde la India, el 9% desde Vietnam y el 25% restante desde otros países).

VENTAS MINORISTAS

Y si la demanda crece en Europa del Este, el valor de las ventas minoristas de café también. Entre el año 2016 y 2018 estos valores en algunos países de la región se incrementaron de forma notable, como en Eslovenia donde creció el 18%, o en la República Checa o Rumania, donde sumaron un 15% de incremento, siendo necesario destacar el doble valor de esta evolución, si se tiene en cuenta el bajo poder adquisitivo de los europeos del este que sigue siendo relativamente modesto en comparación con el del resto de los consumidores de Europa Occidental.

ADIÓS LENTO AL INSTANTÁNEO

Las tendencias de consumo muestran un cambio cada vez más recurrente hace el café fresco por sencima del café instantáneo en la región, aunque el cambio camina a diferentes velocidades según los países. Alrededor del 24% del café que se consume en Europa del Este sigue siendo café instantáneo y solo en algunos lugares como Polonia, se observa muy claramente la tendencia hacia el café fresco, con un aumento, por ejemplo, en las ventas de granos de este tipo de café de un 22% en 2018, y una caída de la demanda de café instantáneo del 5,3%, en el mismo período.

NUEVAS DEMANDAS. CAFÉS CERTIFICADOS, ORGÁNICOS, CAFÉS DE ESPECIALIDAD Y CÁPSULAS

Si bien los países de Europa del Este son, por el momento, un mercado poco significativo para los cafés certificados, esta región muestra, también, un interesante potencial en este ámbito, dado el crecimiento positivo de su demanda. Un ejemplo claro vuelve a ser el mercado polaco, donde entre 2017 y 2018, las ventas minoristas de productos Fairtrade crecieron un 50%, superando los 21 millones de euros. Los productos de café representaron el 54% de esas ventas en 2018. Un dato curioso es que el principal canal minorista de este café certificado en Polonia es la cadena más grande de estaciones de gasolina del país, Orlen, que vende este tipo de cafés desde 2008.

A diferencia de otras regiones del mundo, los productos orgánicos todavía no han conseguido hacerse con un lugar en el mercado de Europa del Este y el café no es una excepción. Actualmente se estima que el gasto de los consumidores locales en este tipo de productos se sitúa por debajo del 1% del total en alimentos.
En cuanto al consumo de café de cápsula, este está despegando muy lentamente en la región y la demanda escasamente evoluciona. De hecho, en 2018, el porcentaje de café comercializado en cápsula decreció en Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovenia. Finalmente, y en referencia a la demanda de Cafés de Especialidad, cabe destacar su tímida pero buena marcha. El creciente número de cafeterías especializadas y micro tostadores en Europa del Este ilustra el interés del consumidor en agregar calidad y variedad a su café.

Los mercados más grandes para los cafés especiales en la región y con mayor crecimiento son la República Checa, Hungría, Polonia y Rumania. En este último país, entre 2013 y 2019, el número de cafeterías especializadas paso de 3 a más de 90 establecimientos. En Hungría, las cafeterías con café de especialidad, también han crecido exponencialmente llegando a aproximadamente 150 locales en la actualidad.

FESTIVALES DE CAFÉ

La gran cantidad de festivales de café organizados en Europa del Este también ayuda a ilustrar el creciente interés en el Café de Especialidad en esta región. Ejemplos de eventos en esta región incluyen el Festival del Café de Praga (República Checa), el Festival del Café de Varsovia (Polonia), el Festival del Café de Bucarest (Rumania), el Festival del Café de Sofía (Bulgaria) o el Festival del Café de Vilna (Lituania).

Fuentes:
Centro de Promoción de Importaciones de Países Bajos (CBI)
Federación Europea del Café Ministerio de Producción y Comercio Exterior de Ecuador

*Puedes acceder a la revista Fórum Café nº84 completa aquí.


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Colombia cierra un año cafetero excepcional a pesar de la Covid-19

Precios justos, excelentes rendimientos y buena climatología premian el esfuerzo de los caficultores. 

Jennifer Poole es cofundadora de Those Coffee People y desde su tierra, Medellín, viaja por pueblos cercanos en búsqueda del mejor Café de Especialidad que el país puede ofrecer. En sus visitas a las fincas contacta directamente con los productores y sus largas horas de tertulia con ellos le han permitido fotografiar al detalle la situación actual del café en Colombia.

A pesar de un 2020 agitado, la industria de producción de café colombiano se encuentra optimista. La creación hace un año del Fondo de Estabilización de Precios del Café y unas condiciones climáticas favorables han permitido cerrar positivamente el año a los caficultores colombianos, incluso a pesar del impacto de la COVID-19. Las esperanzas para este año es que la pandemia se acabe y que los precios y el sol y la lluvia les sigan acompañando.

La traviesa (la cosecha más pequeña de mitad de temporada) desde abril a junio funcionó como un presagio de lo que vendría en términos de precios, con máximos históricos sostenidos entrando al último trimestre. Es más, las lluvias constantes durante esta temporada han ayudado a proteger los cultivos, manteniendo a los cultivos libres del escarabajo de broca. Inclusive, con la disrupción actual por la COVID-19, hay grandes expectativas en la industria de que esta cosecha tiene el potencial de ser una de las más rentables en años.

CONTEXTO DE LA COSECHA

Durante los últimos 5 años, los bajos precios de las materias primas y el impacto del calentamiento global han sido una preocupación constante para las decenas de miles de pequeños agricultores, que son la columna vertebral de la industria.

Para poner esto en contexto, entre diciembre de 2017 y julio de 2019, solo hubo dos meses en donde la tasa de compra interna ofrecida por el sindicato de productores la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) estuvo por encima del costo de producción estimado. Como la mayoría de los productores de cultivos de calidad comercial venden directamente a la FNC, estos precios tan bajos han sido un problema real para la industria. Para combatir esto, el gobierno colombiano negoció un acuerdo histórico con la FNC a principios de año para establecer el Fondo de Estabilización de Precios del Café. Esto garantiza a los productores una tarifa mínima en caso de que los precios de mercado caigan por debajo del costo de producción, calculado a una tarifa por carga (125 kg) de 780.000 pesos colombianos (204 dólares).

PRECIOS ALTOS Y TASA DE COMPRA AL ALZA

Si bien la industria se ha visto afectada por los bajos precios en los últimos años, no ha sido necesario activar el fondo de estabilización de precios, ya que los precios por carga se han recuperado desde finales del año pasado. La tasa de compra ha pasado de un mínimo de 680.567 pesos colombianos (178 dólares) en abril de 2019 a un pico de aproximadamente 1.300.000 pesos colombianos (308 dólares) en agosto de 2020. Y desde el inicio de la cosecha en octubre, la tasa de compra de la FNC se ha mantenido muy cómoda a 1.142.233 pesos colombianos (299 dólares).

Como Manuel Londoño me explicó en la Finca Las Brisas, “Ha sido maravilloso que estemos a un precio histórico en este momento, no hemos visto estos precios durante muchos años. Para el productor de café, estos precios son excelentes. Normalmente los precios tienden a bajar y estabilizarse en los picos de cosecha - el año pasado bajamos a 800.000 pesos colombianos por carga - pero este año el precio apenas ha bajado”.

Sin embargo, no todos los productores venden sus granos directamente a la FNC, por lo que no todos pueden cobrar con las tarifas de compra mencionadas anteriormente. Los productores de cafés especiales, especialmente aquellos que producen procesos como el natural o fermentaciones, tienen que vender a través de proveedores privados, ya que la FNC solo compra cultivos lavados. Los precios de estos cultivos generalmente se negocian de forma individual, entre el productor y el proveedor. Y aunque los cultivos de especialidad normalmente tienen precios más altos, los productores de especialidad se enfrentan a mucha más incertidumbre cuando se los coloca en el contexto de la excelente tasa de compra de FNC.

El clima favorable está favoreciendo excelentes rendimientos en las fincas. “La tasa de compra de la FNC es muy buena en este momento, pero tendremos que ver como se comporta la demanda internacional de cafés especiales”, me dijo Samuel Roldán, de la Finca Santa Helena, “Los proveedores especializados de Estados Unidos están buscando reducir los precios con los productores, pero los proveedores europeos con los que he estado hablando parecen más dispuestos a pagar los precios que necesitamos”.

Otro impacto que está teniendo la alta tasa de compra de FNC es en otros costos dentro de la cadena de suministro, como el transporte y el procesamiento. Con más efectivo persiguiendo la misma cantidad de recursos finitos, esto conduce inevitablemente a la inflación de precios. “Estoy haciendo la transición de cultivos comerciales a especiales y aunque los precios del café comercial son muy altos en este momento, esto puede afectar los precios de otros costos que tenemos en la industria”, me explicó Felipe Trujillo de la Finca Los Pinos. “Esto está teniendo un impacto, pues negocié mis precios de venta antes de que estos aumentos de costos se hicieran evidentes”.

EL CAMBIO CLIMÁTICO OFRECE UNA TREGUA AL CAFÉ DE COLOMBIA

Desafortunadamente, el calentamiento global está teniendo un impacto actual en el ecosistema tropical colombiano. Un gran problema para los caficultores es el impacto que esto está teniendo en la predicción, frecuencia e intensidad de las temporadas de lluvia.

Una larga brecha de tiempo seco entre el final de la temporada de lluvias y el inicio de la cosecha puede ser devastadora para el rendimiento de los cultivos, ya que esto puede resultar en infestaciones de escarabajo broca, los cuales destruyen los granos de café.

Pero como me dijo Manuel Londoño de la Finca Las Brisas, “Esta cosecha está saliendo muy bien porque ha llovido durante mucho tiempo antes de que empezara, lo cual controló el escarabajo broca. Por el contrario, la cosecha anterior estuvo mucho más seca, lo cual destruyó muchos cultivos”. Esta opinión fue unánime entre todos los productores con los que hablé, y la industria en su conjunto anticipó rendimientos mucho mejores en comparación con los últimos años. 

Las condiciones climáticas favorables han traído unos buenos resultados y después de una cosecha complicada a mitad de año, la cosecha de final de 2020 estuvo acompañada de un clima adecuado, mezclando buenas cantidades de sol y lluvia que han proporcionado a los granos los nutrientes necesarios para madurar sin una exposición excesiva a la dañina luz solar y mejorando, así, la calidad de la cosecha.

CONVIVIR CON LA COVID-19

Los precios altos sostenidos y las condiciones climáticas favorables han atenuado las preocupaciones de la industria en torno a la COVID-19 durante la cosecha. Sin embargo, eso no quiere decir que la pandemia no tenga, por supuesto, algún impacto. La preocupación más común se relaciona con el impacto financiero tanto de la contratación como de la vivienda para los trabajadores. Como explica Samuel Roldán de la Finca Santa Helena, “una cosa que sabemos es que la mano de obra será más costosa, ya que tendremos que invertir en protocolos de seguridad y en más camas para que los recolectores de café puedan hospedarse en la finca”.

Otra preocupación es la capacidad de reclutar un número suficiente de recolectores. “Me estoy preparando para la cosecha y creo que va a tener un gran impacto, ya que habrá un gran cambio en la forma en que reclutamos a los recolectores y la necesidad de implementar las condiciones de bioseguridad. Estas dos cosas harán que sea más difícil encontrar la cantidad de personas que necesitamos”, me dijo Felipe Trujillo de la Finca Los Pinos.

Sin embargo, se han aliviado las preocupaciones más monótonas sobre el transporte público, desde que el gobierno levantó el cierre nacional a principios de septiembre. Esto ha permitido recuperar un nivel de normalidad que ha coincidido muy bien con el inicio de la cosecha.

Además, aunque no existe un mecanismo de ayuda claro a nivel nacional para combatir los desafíos de la COVID-19-producción de café, a nivel local sí que las cooperativas continúan apoyando a sus comunidades. Coincidentemente con el fondo de estabilización de la FNC, los agricultores han disfrutado de precios justos del café, lo que los ha apoyado en este momento difícil.

Esperamos que con estos precios estables y justos, los productores, en primer lugar, continúen produciendo café en vez de cambiar a un cultivo más rentable y, en segundo lugar, tengan una mejor calidad de vida con todos los beneficios asociados con eso.
 

MIRANDO HACIA EL FUTURO

Durante los próximos meses, a partir de abril de 2021, la atención se centrará en la traviesa, o cosecha de mediados de año. Si la tasa de compra interna de la FNC puede mantener su repunte hasta ese momento depende de algunos factores, siendo el factor más significativo el valor del peso colombiano frente al dólar estadounidense.

El peso colombiano perdió el 30% de su valor frente al dólar estadounidense en marzo de este año, esto se dio en parte por el colapso de los precios del petróleo cuando la pandemia comenzó a afectar. Si bien el peso ha recuperado parte de su valor, todavía no se encuentra en los niveles previos a la pandemia. Pero cualquier mejora adicional hacia su valor anterior a la crisis sin duda será una mala noticia para los productores, ya que los compradores pagan con dólares y los productores reciben pagos en pesos.

Durante este año no esperamos que los precios caigan y dependiendo de la tasa de cambio con el dólar, esperamos que los precios aumenten constantemente a un ritmo lento. En términos de cosecha, también esperamos un buen rendimiento si el tiempo lo permite.

Sin embargo, e independientemente de lo que depare el 2021, es una gran noticia que los productores colombianos cierren la cosecha del 2020 con precios altos y rendimientos sólidos, especialmente cuando se los ubica en el contexto de las dificultades experimentadas por la industria en los últimos años.

¿Y si la pandemia de COVID-19 se mantiene en el tiempo?

Hemos pasado por dos períodos de cosecha durante la pandemia y estamos seguros de que los agricultores y productores han adoptados protocolos para operar en medio de nuestra “nueva normalidad”. Creemos que el mayor factor de riesgo de una pandemia sostenida será una caída en la demanda, específicamente de cafés especiales, debido a las dificultades económicas de los consumidores.

Económicamente, el mayor desafío será mantener precios justos para el café para que la industria se mantenga y los responsables de producir los cultivos puedan vivir una vida digna y con oportunidades. Esto es algo que no se puede ha- cer solo con los fondos de estabilización, sino que necesitaremos el apoyo de los consumidores y la aceptación de pagar precios justos.

El clima también es un factor importante que puede crear desafíos sin precedentes para el futuro de la industria. El café es un cultivo sensible a su medio ambiente, y si el cambio climático sigue ocurriendo a un ritmo alarmante, podemos destruir el medio ambiente necesario para mantener la producción. Los desafíos de mejora e innovación, por otro lado, requieren otras soluciones que vienen con la profesionalización de la industria. Esto significa que los productores comienzan a utilizar nuevos modelos para pronosticar el rendimiento de sus cultivos y crear eficiencias en su proceso. La producción de café todavía se maneja ampliamente de una manera muy ancestral, con tradiciones y conocimientos transmitidos de generación en generación. Sin embargo, para aquellos productores que buscan llevar sus granjas al siguiente nivel y realmente convertirlas en negocios, los productores deberán comenzar a pensar como directores ejecutivos y aplicar las mejores prácticas comerciales estándar a sus operaciones

Jennifer Poole.
Co-fundadora de Those Coffee People

*Puedes acceder a la revista Fórum Café nº84 completa aquí.


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El café de Venezuela

Cien años atrás, Venezuela ocupó uno de los lugares más relevantes en el ranking de producción y exportación de café a nivel mundial. La irrupción de la industria petrolera en el país propició, sin embargo, un rápido y progresivo declive de este cultivo que, ahora, una nueva generación de caficultores intenta recuperar.

El primer cafeto que llegó a Venezuela fue sembrado por misioneros españoles asentados en la cuenca del río Caroní, en 1730. El café lo trajeron de Brasil, donde había llegado a su vez desde la República de Surinam y de Cayena, la capital de la Guayana Francesa. Una década después de su introducción en Venezuela, y partir de 1740 el cultivo de café empezó a propagarse a la gobernación de Caracas y, poco a poco, al resto del país.

En 1776 ya se registraron cafetales en Cumaná y Río Caribe, y en 1780 el cultivo se extendió a occidente, llegando a tierras andinas, como Mérida, donde a pesar de una temprana introducción, las plantaciones no empezaron a constituirse como tales hasta después de la Guerra de Independencia (1810-1823).
En Chacao, en las cercanías de Caracas, se levantaron las primeras plantaciones cafetaleras en 1784. El pionero fue Bartolomé Blandín, fundador de la Hacienda Blandín (hoy, Hacienda la Castellana). Esta experiencia fue secundada por los presbíteros Sojo y Mohedano, en la “Hacienda San Felipe Neri”, y la “Hacienda la Floresta”, respectivamente, extendiéndose progresivamente el cultivo a muchas otras partes de Venezuela.

Fue así que el café llegó a partir de 1784 a San Antonio, Las Minas y a los valles de Aragua, pasando luego a las provincias de Carabobo y Barcelona. El cultivo de café en el estado de Táchira, por su parte, se inició en 1794 gracias a la iniciativa de Gervasio Rubio, quien lo plantó en su Hacienda la Yegüera (conocida a partir de 1855 como la Hacienda Rubio); mientras que en Trujillo, el impulsor de la caficultura fue Francisco de Labastida quien inició el cultivo de café en este territorio del oeste del país en 1801. Des de aquí y siguiendo los Andes tachirenses, el cafeto continuó su viaje hasta Colombia, penetrando en el país vecino por Cúcuta y Salvador de las Palmas.

Desde principios del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, el cultivo de café en Venezuela desplazó al del cacao y fue el motor que dinamizó la economía nacional. Su cultivo y comercialización contribuyó a la apertura de carreteras y vías fluviales, a la consolidación, también, de centros urbanos en las zonas cafeteras y a la transformación del Puerto de Maracaibo, en principal puerta de salida de mercaderías del país.

En 1900 empezó a operar la que se convertiría en la primera empresa tostadora venezolana, Café Fama de América, fundada por el español de origen canario, Bernardo González Palenzuela. Era la época del primer gobierno de Antonio Guzmán Blanco, y a pesar de la economía inestable y las diversas dificultades que se presentaban en la Venezuela de entonces, Bernardo González empezó a comprar granos de café, a molerlos, a tostarlos manualmente y a venderlos de casa en casa. Desde entonces, su Café Fama ha formado parte de la cultura cafetera de los venezolanos.

En aquella época y hasta la mitad de la década de 1950, el café vivió muy buenos años en Venezuela, posicionando a este origen entre los cinco máximos productores del mundo. Sin embargo, el rápido desarrollo de la industria petrolera frenó la actividad cafetalera. Se produjo un trasvase de mano de obra de un sector a otro y la producción y las exportaciones cayeron de forma drástica. Venezuela no tenía suficiente café y poco más del 40% de la producción se lograba vender al exterior.

El hecho positivo fue que a pesar de la nueva situación, se hizo un esfuerzo importante para no restar calidad al café que se producía, beneficiando de forma directa al mercado interior que como habitualmente pasa en los países productores, hasta ese momento se había estado proveyendo de las calidades que resultaban menos atractivas para la exportación. A partir de entonces, el mercado doméstico pasó a disponer de cafés arábica de las variedades Típica, Bourbon, Caturra y Catuai, que los tostadores locales preparaban y vendían en latas y algunas marcas, también, en bolsas de vacío, previa desgasificación.
 

IMPORTANCIA SOCIAL, CULTURAL Y ECONÓMICA DEL CAFÉ EN VENEZUELA

El café sigue siendo un cultivo de importancia social y cultural en Venezuela, pero su peso económico ha dejado de ser el que era. Se estima que actualmente más de 50.000 familias viven de forma directa de su producción en el país. En la última década se ha constatado una creciente incursión de jóvenes profesionales tanto en el sector productivo como en el de la industrialización artesanal y comercialización de café. Sin embargo, la gran mayoría de los productores actuales de café, no culminó su educación básica, y por ende, son poco innovadores y reacios a los cambios de tecnologías en materia de manejo agronómico, fertilización y buenas prácticas de postcosecha.

A diferencia de otros muchos países productores, en los que el asociacionismo entre los caficultores es una práctica habitual, en Venezuela no existe esta tradición y a excepción de unos pocos casos como la Cooperativa Café Grano de Oro de Biscucuy, en el estado Portuguesa, no hay organizaciones de este tipo en el país y las que se asemejan tienen un perfil más mercantilista, y han suprimido la asistencia técnica a sus asociados o accionistas. La Cooperativa Café Grano de Oro la integran 50 pequeños productores, que producen de 0,5 a 5 toneladas de café de alta calidad al año. Cultivan cafés de las variedades Catuaí amarillo, Caturra rojo y Mundo Novo rojo.

Toda su producción es bajo sombra, y con una manejo de nutrición foliar y edáfica basada en fertilizantes líquidos y microorganismos eficientes. En su afán por recuperar la referencia del café venezolano, están trabajando para crear una marca colectiva que agrupe y comercialice las marcas artesanales a través de las que, actualmente, comercializan sus cafés. El proyecto contempla un protocolo de calidad que comience por jerarquizar las calidades según la escala y los descriptores sensoriales de SCA. El desafío es lograr primero, un posicionamiento a nivel nacional, y luego, internacional en nichos de mercado donde exista diáspora venezolana, como Perú, Chile, Argentina, Estados Unidos, Canadá y España. Mientras, en el estado de Mérida, algunos caficultores dedicados al cultivo orgánico se están intentando organizar con miras de producir cafés diferenciados y de alta calidad.

ÁREAS DE PRODUCCIÓN

El grueso más importante de la producción de café en Venezuela se localiza en los estados Lara, Portuguesa, Trujillo, Barinas, Falcón, Yaracuy, Monagas y Anzoátegui. Se trata de zonas montañosas, en las que los cafetales se ubican entre los 600 m.s.n.m y los 1600 m.s.n.m, o incluso, en algunos casos, los 1.800 m.s.n.m. Debido a la ubicación de estas explotaciones, los cafetales juegan un papel importante en el cuidado medioambiental de las zonas en las que se localizan las explotaciones cafetaleras, contribuyendo con ello al equilibrio de las cuencas hidrográficas y asegurando a la fauna de estas áreas, cobijo y comida en los árboles que dan sombra a los cafetales.

Las plantaciones son, en la mayoría de los casos, pequeñas parcelas de explotación familiar de 1 a 2 hectáreas (las explotaciones más grandes son una minoría y superan de media poco más de las 5 hectáreas). En las fincas de café venezolanas, la producción se desarrolla con el mínimo nivel de tecnologías agronómicas e insumos. Cada familia se ocupa de su café y únicamente contratan jornaleros para la cosecha que, como el resto de la producción, se realiza esencialmente sin ayuda mecánica. El rendimiento medio de café por hectárea se estima actualmente menor a 2 toneladas.

En los cafetales venezolanos crecen diversas variedades de café, todos arábicas que los caficultores procesan, mayoritariamente, por vía húmeda y natural. La primera variedad de café que se cultivó en el país fue la Típica. A ella se sumaron posteriormente, los Bourbons, Caturras y Catuaí. Hasta hace poco más de una década, esta última variedad era la dominante. Muchos caficultores se habían decidido a plantar cafetos de la variedad Catuaí por su alta productividad. Sin embargo, la incidencia de la roya está propiciado un cambio progresivo hacia variedades de cafés más resistentes, como la INIA, Colombia o Castillo, entre otras.

LA CALIDAD DEL CAFÉ VENEZOLANO

Actualmente todavía no existen en Venezuela perfiles claramente definidos para identificar de forma genérica sus cafés ni por regiones, ni por variedades, ni mucho menos por procesos postcosecha, aunque es ampliamente aceptado que el café venezolano responde a una taza suave, ligera, delicada, no muy ácida y sin características acusadas a ningún atributo. A falta de esta definición pormenorizada de perfiles, la calidad de los granos está supervisada y regulada en Venezuela. 
 

El organismo competente en esta materia es la Corporación Venezolana del Café que de acuerdo con lo recogido en la Gaceta Oficial del país en diciembre de 2016 controla que las calificaciones comerciales de los granos se correspondan con los siguientes parámetros:

•Café Excelso Grado 1: Grano de Café Lavado de óptima calidad cultivado con prácticas agroecológicas, por encima de 800 m.s.n.m. con humedad de hasta un 10% y no más de 16 granos defectuosos por kilogramo.

·Café Gourmet Grado 2: Grano de Café de muy buena calidad cultivado con prácticas agronómicas armónicas con la naturaleza, por encima de 600 m.s.n.m. y con una humedad de hasta 12,5 % y hasta 23 granos defectuosos por kilogramo.

·Café Lavado Grado A: Grano de Café lavado y de cosecha actual, cultivado con buenas prácticas agronómicas, con humedad hasta 12,5% y hasta 30 granos defectuosos por kilogramo.

•Café Lavado Grado B: Grano corriente Lavado o Natural de cosechas pasadas o deterioro por malas prácticas postcosecha, con humedad de hasta 13% y no más de 35 granos defectuosos por kilogramo.

A fines de la calificación del café para el consumidor se establecen, además, las siguientes categorías:

•Café Gourmet o especial: Corresponde a las calificaciones para el productor de los grados 1 y 2. Para su venta bajo esta denominación debe ser certificado por la Corporación venezolana del Café, S.A.

•Café Premium: Corresponde a las mezclas de las clasificaciones para el productor de los Grados 1 y 3, y a mezclas de Grados 2 y 3.

•Café Bueno–Corriente: Corresponde a la mezcla alternativa de las clasificaciones para el productor de los Grados 3, 4 y 5, identificados como Lavado A, B y C.

CAFÉS DE ESPECIALIDAD, UNA NUEVA APUESTA PARA UN NUEVO FUTURO CAFETERO

La producción de cafés de especialidad en Venezuela apenas ha dado sus primeros pasos. Su cultivo se inició a partir del año 2010 y de momento, las fincas que han incursionado en su producción y experimentación son muy pocas. Todas ellas, representan la nueva generación de caficultores venezolanos, que ven en los cafés especiales una oportunidad de negocio. Sin embargo, el mercado nacional no responde rápidamente y lamentablemente, muchas veces, los propietarios de cafeterías, restaurantes y panaderías, prefieren “cafés baratos” para bajar sus costos en desmedro de la satisfacción del consumidor.

Aún y así, cabe destacar la apuesta de algunos negocios locales que habiendo comprobado que al servir cafés de alta calidad, logran fidelizar al consumidor e incrementar y mejorar sus ventas, están actuando como abanderados de la divulgación del café de especialidad en el país. Esta ha sido la apuesta, por ejemplo, de Cuppa Café en Maracaibo; Cinco Cafetería en Mérida; Orígenes Café en Guanare; Cafetería Grano de Oro en Biscucuy; Cafetería Apamate en Campo Elías; Cafetería OS en Chabasquén; Coffe Shop en Valencia; La Kbra Cafetería en Maracay; St. Honoré, Makao y Quiero 1 Café en Caracas; o Mahalo, il Mercato Bianco en la Isla de Margarita.

Las características del café specialty venezolano responde a parámetros bastante bien definidos y que representan bien los cafés de la Cooperativa Café Grano de Oro de Biscucuy (Portuguesa). Sus cafés lavados, por ejemplo, son reconocidos por su taza muy bien balanceada, en la que destacan fragancias a frutos rojos y aromas cítricos, a vainilla, a pino y a azúcar moscabada. Presentan, además, una excelente acidez cítrica, cuerpo sedoso y sabor residual a chocolate, muy agradable.

En el grupo de cafés naturales, los cafés de especialidad de este origen destacan por sus fragancias a frutos pasas, aromas a sandía y chocolate negro, cuerpo cremoso y sabor residual a chocolate y avellanas tostadas. Mientras que en el caso de los cafés venezolanos de especialidad sometidos a fermentación anaeróbica (macerados carbónicamente), las notas más dominantes suelen ser, fragancias a vinos de frutas, chocolate y frutas confitadas y aromas a melón, sandía y uvas. En este caso, el cuerpo de estos cafés es cremoso y su acidez láctica o tartica, presentando en boca un sabor residual a frutos secos y roble, muy característico.

PRESENTE Y FUTURO DE LA PRODUCCIÓN Y EXPORTACIÓN

Desde comienzos del siglo XXI, la producción de café en el país no ha dejado de caer y si hace poco más de 15 años atrás, Venezuela producía 160.000 toneladas, y exportaba hasta 40.000 toneladas (año 2005), la cosecha prevista para el periodo 2020-21, se estima que no superará las 60.000 toneladas, las cuales, casi en su totalidad serán consumidas en el mismo país, que ha dejado prácticamente de exportar al extranjero, salvo algunas ventas aisladas y sujetas a convenios entre países como el café vendido a Rusia, a Irán o a Turquía. Independientemente a estos acuerdos, solo son unos pocos productores de fincas de especialidad aspiran a poder exportar sus micro lotes al exterior.

CONSUMO INTERNO Y MOVIMIENTO BARISTA

Según la población actual, se puede estimar un consumo per cápita de 2,4 kg/persona/año, lo que supone un 112% de la producción nacional e implica la importación de café de terceros países.

Parte de este café llega de Colombia vía contrabando y el resto, ya de forma legal, lo hace desde Nicaragua, importado directamente por el Gobierno Nacional para suplir el déficit venezolano. En los últimos tiempos, además, ha empezado a llegar café de Brasil, ya tostado, molido y empaquetado.

También, algunos importadores de la industria alimentaria, traen al país café a punto para su comercialización de marcas italianas, estadounidenses y colombianas, especialmente en el formato de cápsulas para distribuirlas en tiendas de productos gourmet.
 

Culturalmente, en Venezuela se acostumbra a tomar el café con el desayuno o incluso antes. A media mañana, la mayoría de los trabajadores toman su segunda taza del día y, después de almuerzo, se acostumbra a tomar la tercera. Algunos, incluso, toman un cuarto café a media tarde, como remate a su jornada laboral. Al paladar de los venezolanos, 80%, les gustan los cafés suaves, aromáticos y dulces. Las preparaciones caseras más habituales de café son el “guayoyo” o “café claro” que se asemejaría al café americano de filtro y el café con leche sin espuma. En las cafeterías, por su parte, algunas de las bebidas más populares son el capuchino, el espresso y los frappés o cafés con hielo.

Las Escuelas de Baristas han jugado un papel importante en el reconocimiento laboral de los profesionales de la preparación y servicio del café. Actualmente la mayoría de estos centros otorgan las certificaciones SCA, como incentivo para muchos de los que deciden emigrar y también para mejorar la confianza y visibilidad de los que se quedan trabajando en el país. Algunos de estos, han creado negocios propios que van desde barras móviles para eventos, a marcas artesanales de cafés de fincas, y tiendas con cafés de diferentes orígenes, variedades y procesos postcosecha de especialidad que ellos mismos tuestan para sus clientes. Desde el año 2016, además ,Venezuela cuenta con un Campeonato Nacional de Aeropress, cuyos vencedores participan en la Competencia Mundial.

Rubén Ali Gozaine
Cooperativa Café Grano de Oro
Productor Café Azul


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Nestlé invierte más de 6 millones de euros en su fábrica de café de Reus

Nestlé España tiene previsto invertir cerca de seis millones y medio de euros en su centro de producción de Reus (Tarragona), recursos que se destinarán a la instalación de una línea de producción de café que incluirá un tostador de última tecnología, una nueva máquina de llenado y avanzados sistemas de empaquetado y paletización. Las obras empezarán en breve y se prevé que finalicen a mediados de 2022. Gracias a esta inversión, la fábrica podrá aumentar su capacidad de producción en un 20%.

En la nueva línea se fabricará café tostado, en grano y molido, 100% de la variedad arábica, que se comercializará tanto en el mercado nacional como en otros países de Europa y en Asia. El interés creciente de estos países por el café tostado ha hecho que las exportaciones de la fábrica tarraconense hayan aumentado considerablemente en los últimos dos años, representando ya el 17% de su volumen de producción.

"Me siento especialmente orgulloso de la apuesta de la Compañía por nuestra planta. El hecho de que Nestlé nos haya confiado una parte importante de la fabricación del café tostado es un reconocimiento a la competitividad de nuestro centro y al expertise y la profesionalidad que demuestra día a día nuestro equipo humano", afirma Carlos Sanz Bravo, director de la fábrica de Nestlé en Reus.

Más de 40 años de historia

La fábrica de Reus fue construida en el año 1980 por los antiguos propietarios de la marca Brasilia, marca que dio nombre también a la sociedad en 1972. En el 1990, Nestlé funda Productos del Café S.A. como resultado de la fusión de tres grandes empresas cafeteras con sede en la ciudad de Reus. Desde entonces, Nestlé ha ido adquiriendo otras empresas sumando nuevas marcas a las tres iniciales. El año pasado la sociedad Productos del Café se integró en Nestlé España.

A día de hoy, se comercializan las marcas Bonka, Brasilia, Santa Cristina y La Estrella, destacando la gama Medalla de Oro para perfiles más gourmets con una alta selección de orígenes y blends.


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Gremi del Cafè lanza su nueva campaña "La botiga de cafè més gran de Catalunya"

El Gremi de Cafè Torradors de Catalunya ha puesto en marcha una nueva campaña de publicidad que tiene como objetivo dar a conocer las tiendas de los distintos tostadores de Cataluña.

En la página del Gremi se puede acceder a las distintas tiendas online, categorizadas según los distintos formatos de café y cafeteras que existen en el mercado. 

posa en marxa la nova campanya de publicitat amb l'objectiu de donar a conèixer les botigues dels diferents torradors que en formen part. 
A la botiga del Gremi, hi ha els accessos de les botigues online, categoritzades pels diferents formats de cafè segons les diferents cafeteres que existeixen al mercat. 


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Promerca lanza un nuevo formato de su chocolate blanco a granel

Promerca ha lanzado al mercado un nuevo formato para su chocolate blanco a granel Chocolates Reybar. Los 820g que presenta en este nuevo formato son la cantidad justa que se requiere para preparar en chocolatera 4 litros de chocolate blanco. En el interior del envase se ha incorporado una cuchara dosificadora para poder medir los 30g necesarios para la preparación de una taza.

La lata se presenta con una tapa abre-fácil para garantizar la mejor conservación de su aroma y una tapa de plástico adicional para su cierre una vez abierto el envase.
 
El Chocolate Blanco Reybar es de los pocos chocolates blancos en el mercado que contienen manteca de cacao. Por este motivo, al cocerse, la manteca deja pequeñas gotas en forma de aceite que desaparecen al remover, estas gotas no se ven cuando se usan colorantes amarillos, pero en Reybar han querido obtener un chocolate lo más natural posible, por eso no incluyen en su formulación ni conservantes ni colorantes y el producto no contiene gluten.
 
Dentro de la política de sostenibilidad de Promerca, se ha apostado por un envase metálico al tratarse de un material 100% reciclable. Este chocolate blanco también se comercializa en estuches con 10 sobres individuales.


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La Scuola Italiana Sommelier apuesta por Café Saula

La Scuola Italiana Sommelier ha llegado a un acuerdo con Café Saula para distribuir entre sus alumnos un kit en exclusiva llamado Tazzina del Cafè. Se trata de un kit donde hay la Taza Sommelier, un diseño exclusivo de Lluís Saula, que será entregada a todos los alumnos del curso de sommelier de café.

“Un kit indispensable para los profesionales, entusiastas y conocedores del oro negro”, han destacado desde esta escuela de Milán en su anuncio de Facebook, en el que incluyen el vídeo descriptivo de la Taza Sommelier de Café Saula.

No es la primera vez que el país italiano, uno de los grandes maestros cafeteros, apuesta por nuestra Taza Sommelier. La marca de cafeteras Rancilio hace tiempo que usa esta taza para hacer demostraciones de café espresso.

La Taza Sommelier con cámara de aroma, diseñada por Lluís Saula, director de Café Saula, ha sido pensada para disfrutar de forma más intensa de un café espresso. Su especial diseño ergonómico, sin asa, permite remover suavemente el café para que se desprendan los aromas menos volátiles. Y su cámara de aroma concentra  y potencia todos los aromas para que se puedan apreciar más profundamente.


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Cafés Candelas colabora con la XIX edición de los Premios Mestre Mateo

Cafés Candelas colabora este año  por primera vez en los Premios Mestre Mateo, los galardones a la excelencia de las producciones audiovisuales de Galicia, con el fin de apoyar al sector audiovisual gallego.
 
Finalistas a los XIX Premios Mestre Mateo
 
El acto de presentación de la XIX edición de los Premios Mestre Mateo reflejó la buena salud del audiovisual gallego, como dieron cuenta las candidaturas finalistas anunciadas y el ambicioso programa de actividades que, durante un mes, promocionará el talento audiovisual gallego en eventos presenciales y online.
 
#ConversasCandelasMestreMateo

En cada edición de los premios la Academia organiza encuentros entre el alumnado de escuelas y facultades de audiovisual de Galicia y los profesionales de algunas categorías finalistas o ganadoras.

Gracias al apoyo de Cafés Candelas, este año la Academia da un paso más, incrementando el número de encuentros y facilitando el acceso a los mismos. Las #ConversasCandelasMestreMateo reuniarán a representantes de todas las candidaturas finalistas en encuentros en streaming, disponibles para cualquier persona intersada en conocer los diferentes perfiles profesionales que intervienen en una obra audiovsual.
 
Un total de 15 encuentros que podrán seguirse a través de las redes sociales de la Academia entre el 17 de marzo y el 9 de abril y que darán a conocer as peculiaridades de los diversos oficios (guión, producción, maquillaje, sonido, interpretación…) que componen el sector a través del diálogo entre sus protagonistas. 


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Pascual renueva por cuarto año consecutivo su certificación en Bienestar Animal

Pascual ha renovado por cuarto año consecutivo la certificación AENOR en Bienestar Animal Welfair™, homologada por IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias) y NEIKER (Instituto Vasco de investigaciones agrarias), y basada en los referenciales europeos Welfare Quality® y AWIN ®. Es la única certificación operando actualmente en España que puede garantizar los requisitos establecidos en Welfare Quality®, el más alto estándar europeo para las evaluaciones en granja de vacuno lechero.
 
Pascual, que fue el primer gran fabricante en certificar en Bienestar Animal todas sus granjas, este año, además, obtiene el sello en las natas y mantequillas que fabrica en sus instalaciones. Así, todos los lácteos que produce la compañía están certificados en Bienestar Animal.
 
Bienestar animal, un valor de la leche. El censo de vacuno lechero español asciende a 829.019 en marzo de 2021 vacas, Pascual sigue situando en vanguardia las condiciones de vida de las más de 90.000 vacas que viven en sus 317 granjas. El pasado año recogieron casi 409 millones de litros de leche de Bienestar Animal.
 
En palabras de Félix Díez Fariza, responsable de Bienestar Animal de Pascual, “como compañía, tenemos la responsabilidad no solo de ofrecerle al consumidor aquello que demanda, sino de ir un paso más allá. La renovación de la certificación en Bienestar Animal es resultado del esfuerzo puesto en garantizar las mejores condiciones de vida de las vacas y de los ganaderos, con quienes trabajamos codo con codo para compartir experiencias y conocimientos, ofreciéndoles asesoramiento y los recursos necesarios para que puedan desempeñar su trabajo en las mejores condiciones posibles”.

Para Pascual el elemento diferencial de su leche frente a la competencia siempre ha sido la calidad, la naturalidad del producto. Esta calidad se consigue gracias al sumo cuidado con el que trabajan en cada fase de la cadena de valor.  Tal y como explica el responsable de Bienestar Animal de la compañía, “hemos conseguido que se ponga más en valor el trabajo de los ganaderos, se les ha dado más visibilidad en el proceso de producción, y eso les ha hecho sentirse orgullosos”. 
 
Pascual lleva más de 20 años trabajando el Bienestar Animal y desde la primera certificación en 2018 ha profesionalizado el proceso, elaborando un módulo de trabajo independiente y una guía para asesorar las granjas enfocado únicamente en el manejo e instalaciones para mejorar el bienestar animal. Además, han comenzado a aplicar tecnología Big Data para las auditorías en ganaderías. La compañía ha digitalizado el proceso en las granjas “dejando atrás el formato papel”. Esto permite consultar en tiempo real todas las auditorías de Bienestar Animal realizadas en las ganaderías, y comprobar las mejoras implantadas, así como cada uno de los puntos evaluados. 
 
Por su parte, el director de Marketing Estratégico y de Producto de AENOR, Javier Mejía, afirma que “desde AENOR, el balance que hacemos de los cuatro años de certificación no puede ser más positivo. El propósito de AENOR para ofrecer soluciones a la sociedad basadas en los valores imperantes en cada momento está alineado plenamente con el compromiso de Pascual. Este se basa en hacer que las certificaciones y la mejora continua, sigan siendo un pilar que proporcione a los consumidores un producto más respetuoso con el bienestar animal. En estos 4 años, hemos podido ver como Pascual ha desarrollado la mejora continua en sus granjas, así como mantiene el cuidado de los animales, como ya venían haciendo desde tiempo antes de la certificación. Hemos comprobado cómo han ido implantándose las mejores prácticas ganaderas, los sistemas de trazabilidad y la comunicación con los ganaderos. El sello de AENOR contribuye a trasmitir este esfuerzo con convicción, a todos los consumidores que eligen una compra responsable.” 
 
Además, en línea su negocio responsable desde el primer trimestre de 2020, Pascual está utilizando el Tetra Brik para leche UHT más sostenible del mercado con un 89% de materiales procedentes de fuentes renovables.Asimismo, el tapón está elaborado a base de caña de azúcar, sustituyendo el anterior de origen fósil. La compañía refuerza su apuesta por el cuidado medioambiental, al tiempo que mantiene la garantía de Bienestar Animal en todas sus granjas. 
 
La mitad de abandono en el campo: ayudar a la continuidad del sector primario. La compañía sigue desarrollando con sus ganaderos su programa de Eficiencia Productiva que nació en 2009 y es pionero en España. Esta iniciativa tiene por objetivo principal mejorar la eficiencia en el uso de los medios de producción en las granjas, como condición necesaria para mejorar su rentabilidad, generar un menor impacto ambiental y reducir el desperdicio alimentario.
 
Pascual consigue así que la tasa de abandono sea inferior a la media española, colaborando con el ganadero para lograr una granja sostenible y rentable. La tasa de abandono media en España entre 2011 y 2020 fue del 6,0%, mientras que en Pascual fue del 2,8%, lo que equivale a menos de la mitad de los abandonos. 
 
Hoy tiene 149 ganaderos dentro del programa de Eficiencia Productiva, y en 2020 produjeron 223 millones de litros de leche. Además, cuentan con más de 549 trabajadores directos y más de 13 mil hectáreas de superficie agrícola.
 
Una ganadería media en España produce 609* toneladas al año, mientras que una granja en el programa de Eficiencia Productiva de Pascual, 1.496, un 246% más. Si se contabiliza por vaca, un animal de dicho programa produce casi un 30% más: 11.567 kg de leche al año frente a los 8.906 kg de una vaca media de España.
 
Como concluye Félix Díez Fariza “unas vacas bien cuidadas van a producir más y mejor leche, con menos problemas de salud, con mayor eficiencia productiva y con un menor impacto medioambiental. Desde que nos convertimos en el primer gran fabricante con todas sus granjas certificadas bajo el más alto estándar europeo más exigente, el bienestar animal ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una exigencia de primer nivel, cerrando el círculo de la cualificación industrial del sector”.