Perú es uno de los países que más foco ha puesto en los últimos años en la calidad de café como garantía para poder posicionarse de forma ventajosa en el mercado doméstico e internacional de este producto y asegurar, así, un mejor medio de vida a los miles de caficultores y familias que se dedican al café.

Hace cinco años, en el marco del I Congreso Nacional de Cafetaleros celebrado en Lima, un amplio sector de productores del país tomaron la decisión de crear la primera Federación cafetalera y de productores de Perú, marcándose como principal objetivo de su misión, mejorar, a nivel de caficultores, los esfuerzos que hasta aquel momento habían venido realizando otros gremios para institucionalizar la cadena productiva y exportadora del café peruano. Con este paso, los caficultores se independizaron de otras entidades y empezaron a trabajar, al margen de la Cámara Peruana del Café y la Junta Nacional del Café, para asegurar un retorno que justificase y siga justificando en el tiempo, su inversión en las fincas.

LABORATORIOS DE CALIDAD EN LOS PUERTOS DE EXPORTACIÓN PERUANOS

A fecha de hoy, esta Federación nacional de cafetaleros se ha convertido en un ente de referencia en el sector del café de este país y desde esta entidad, conjuntamente con la Plataforma Nacional del Café Peruano, se están liderando diversos proyectos que se enfocan hacia la calidad del café. Uno de los más destacados es su petición para que se creen institutos de calidad del café en diferentes partes del país. “Estamos haciendo alta incidencia política para que Perú cuente con institutos del café en cada puerto de exportación. Así, siempre podremos garantizar a los compradores, café de calidad, según sus exigencias de contrato”, explica José Félix Marín Ludeña, presidente de la Plataforma Nacional del Café peruano y área técnica de la Federación Cafetalera y Productores del Perú.

Los caficultores peruanos piden institutos del café en cada puerto de exportación para controlar la calidad del café que se envía.

De lograr este ambicioso objetivo de una red de laboratorios de calidad en puerto, Marín advierte que en pocos años, Perú podría alcanzar niveles en el mercado similares a los de Colombia. “Tenemos más potencial de calidad que ofertar gracias a nuestros microclimas cafetaleros, diferentes en las 17 regiones del Perú, lo que nos permite producir cafés de diversas variedades arábicas: café Typica, Caturra, Catuaí, Bourbón, Geisha, y además catimores para los mercados de volumen”.

CAFÉ TOSTADO EN ORIGEN

Además, tras el éxito de los cafés de Perú en la reciente edición del Concurso Internacional de Cafés Tostados al Origen, organizado por la Agencia de Valorización de Productos Agrícolas (AVPA), a finales del año pasado en París, Félix Marín, no descarta sumar nuevos valores añadidos al café de Perú para optimizar aún más su comercialización. Entre estos valores, el tueste de café en origen es un proyecto a futuro. “Los consumidores son cada vez más exigentes en términos de calidad, origen e identidad del café y una manera de ofrecerles un producto redondo en este sentido, es tostar el grano en origen, lo que, además, permitirá que el consumidor pueda disfrutar de mejores cafés y el productor pueda ser más sostenible y, al fin, tener una mejor calidad y nivel de vida. Aunque pienso que todo esto tiene todavía un largo camino por recorrer y no será posible a corto plazo”.

Mientras este momento llega (o no), en el concurso del AVPA que premia los mejores cafés tostados por el propio caficultor o tostadores de países de origen y que busca el reconocimiento de sus mercados locales con el objetivo de seguir mejorando la calidad del café y la divulgación de la existencia de cafés gourmet en países consumidores, ha reconocido este año la calidad de los cafés peruanos que se han llevado varios de los máximos reconocimientos del certamen.

El tueste en origen en el foco de las estrategias para ofrecer al consumidor cafés con valor agregado

La Medalla de Oro en la categoría “Acidule Aromatique”, por ejemplo, fue para el blend de Gheisa, Bourbon y Caturra de la productora Delia Capquique Quispe del Departamento de Puno. Esta era la primera vez que participaba en el certamen y el reconocimiento llega después de un gran esfuerzo para llevar adelante su plantación. “Empezamos a producir café sabiendo que no era tarea fácil y desde el inicio decidimos apostar por el cultivo de cafés especiales que nos aseguraran tazas de perfiles diferentes y superiores en calidad.

Al inicio fue todo muy difícil, ni tan siquiera teníamos una carretera por donde acceder a la plantación. Caminábamos tres horas hasta la finca”, explica esta caficultora quien confía en la referencia que el Premio AVPA puede aportar a sus cafés en particular, y a los de Perú en general, para encontrar un mejor acceso al mercado internacional y a los nichos de más alta calidad. Para Delia Capquique participar en este concurso, explica, ha sido una oportunidad para trabajar aún más su producto, investigando la producción en calidad con procesos de fermentación y secado. “El café que presentamos al concurso destaca por su aroma floral, a jazmín, acidez cítrica, sabor complejo a frutas tropicales, dulce,… todas estas características ya le eran intrínsecas al grano y un tueste correcto no ha hecho más que demostrar su calidad, sin dejar atrás, escondida, ninguna cualidad. De ahí la importancia de recordar siempre el valor de un buen tueste para el resultado final en taza”.

EN BUSCA DE LA MÁXIMA SOSTENIBILIDAD

Otros de los grandes vencedores del Concurso de Cafés Tostados al Origen del AVPA, en el que se valoraron más de un centenar de muestras de cafés productores de todo el mundo, ha sido el propio José Félix Marín Ludeña, presidente de la Plataforma Nacional del Café peruano y área técnica de la Federación Cafetalera y Productores del Perú, quien se alzó con la medalla de plata y bronce.

Marín que proviene de una saga de caficultores, ya en tercera generación, con finca y cooperativa en medio de la selva alta (1450-1700 msnm) de la Regíón Junín,- Chanchamayo), presentó al concurso una muestra de su Geisha Black Honey que se llevó la Medalla de Bronce de la categoría “Doux Fruité” y otra de su Geisha Natural (café cherry) que fue merecedora la Medalla de Plata de la categoría “Acidulé Fruité” . “A los dos cafés los sometimos a un tueste medio, consiguiendo del Geisha Black Honey una muestra con muy buena fragancia frutal y de jazmín, sabor dulce, buen cuerpo y muy buen post gusto que anima a tomarse una segunda taza de este café. Del café cherry destacar su muy buena fragancia, dulce y frutal, sus sabores cítricos a toronjas, cuerpo sedoso y, también, excelente post gusto. De hecho, un café a medida de los paladares europeos y asiáticos, ya que funciona muy bien en bebida de cafés fríos”, explica José Félix Marín Ludeña, quien no es la primera vez que recibe un premio del AVPA (2015 Medalla de Plata, 2019 Medalla de Oro.

“A causa de las constantes crisis cafetaleras de carácter internacional en la que el café sin tostar no cubría sus costos de producción, decidimos ir un paso más allá del cultivo de café y formar nuestra propia empresa, IncaForest SAC, para tostar nuestro grano según exigencias del consumidor nacional. De este modo, nos aseguramos un mejor valor agregado y, también, un producto con mínima huella ambiental, ya que nuestros cafés se cultivan bajo bosques nativos, se procesan con un uso mínimo de agua (café cherry, cafè Black honey) y se secan con calor natural del sol”, explica Marín, quien añade, “Es excelente la propuesta de concurso de la AVPA y para nosotros ha sido genial poder superar el desafío y demostrar al mundo que si es posible tostar en origen al gusto del consumidor, ofreciendo un gran café de calidad desde el productor al consumidor, generando más empleo en origen y evitando mayor contaminación en el tueste del café en destino. Una taza de café es más deliciosa cuando detrás de ella existe un esfuerzo real por mantener la buena calidad; cuando esto se hace, además, con compromiso social y ambiental; y más aún, cuando se da a conocer la nobleza del productor que de manera tan apasionada cultiva ese cafe».