En las últimas décadas, China ha pasado de ser un país históricamente ligado al té a convertirse en uno de los escenarios más dinámicos del café a nivel mundial. Cambios en los estilos de vida, urbanización acelerada, aumento del poder adquisitivo y la influencia de nuevas culturas de consumo han impulsado un crecimiento notable en la demanda de café.
Hoy, China no solo destaca como un mercado importador clave, sino que también comienza a consolidarse como país productor de cafés de calidad. ¿Qué implica este cambio y qué papel podría desempeñar China en el futuro del café global?
Un nuevo hábito que transforma el mercado
Hasta hace apenas tres décadas, el café era poco común en la vida cotidiana en China. Sin embargo, el país ha experimentado un cambio cultural acelerado: el café se ha convertido en un símbolo de modernidad, socialización urbana y estilo de vida.
Según datos del USDA, el consumo de café en China aumentó más del 150% en la última década, alcanzando una previsión de 6,3 millones de sacos de 60 kg en la campaña 2024/25. A pesar de ello, el consumo per cápita sigue siendo bajo en comparación con otros países, lo que revela un margen de crecimiento importante para los próximos años.
Ciudades, cafeterías y nuevas experiencias de consumo
La expansión del consumo está estrechamente vinculada al auge de las cafeterías. Ciudades como Shanghai, Pekín, Shenzhen o Cantón concentran un número creciente de establecimientos que combinan café, diseño, comunidad y ocio.
En 2023, China superó a Estados Unidos y se convirtió en el mayor mercado del mundo en número de cafeterías de marca, con más de 49.000 establecimientos, lo que supuso un crecimiento del 58% en solo un año.
A esta tendencia se suma el desarrollo del café para llevar y la venta online, que han hecho del café un producto más accesible y presente en el día a día del consumidor urbano.
Yunnan: el corazón cafetero de China
Aunque China no es tradicionalmente un país cafetero, la provincia de Yunnan, en el suroeste, cuenta con condiciones idóneas para el cultivo de café arábica.
Allí se producen principalmente variedades como Caturra, Bourbon, Típica y Geisha, en altitudes entre 1.000 y 2.000 metros, con oscilaciones térmicas que favorecen el desarrollo aromático del grano.
En los últimos años, la calidad del café de Yunnan ha mejorado de forma notable gracias a:
- Programas de formación técnica para productores
- Mejores procesos de beneficio y fermentación
- Mayor interés por parte del sector de café de especialidad
En 2024, el porcentaje de cafés de Yunnan que cumplen estándares de especialidad alcanzó el 31,6%, frente al 8% en 2021. Un salto considerable que sitúa a China en el mapa de los orígenes emergentes.
Importaciones en aumento e impacto global
La producción nacional aún es insuficiente para cubrir la demanda interna, por lo que China mantiene un volumen de importaciones en constante crecimiento.
En 2024/25, el país importará alrededor de 5,5 millones de sacos, principalmente de Brasil, Vietnam, Etiopía y Colombia.
Este aumento tiene consecuencias a nivel internacional: a medida que China demanda más café y de mayor calidad, puede influir en los precios, los flujos comerciales y las estrategias de exportación de múltiples países productores.
¿Qué enseña el caso chino?
El caso de China ilustra cómo la cultura del café puede construirse y expandirse rápidamente cuando se combinan factores económicos, sociales y educativos.
China continuará desempeñando un rol relevante como gran consumidor, pero también avanza como productor de cafés de calidad creciente, especialmente en segmentos diferenciados.
El desarrollo de nuevas generaciones de consumidores, el crecimiento de cafeterías independientes y la inversión en investigación agrícola seguirán marcando el ritmo de este mercado en transformación.
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