Durante siglos, la yerba mate ha sido un símbolo de identidad en el Cono Sur, con un ritual de preparación y consumo profundamente enraizado en la cultura guaraní y criolla. Hoy, sin embargo, ese ritual se adapta, se transforma y cruza fronteras, despertando preguntas sobre qué define a la “verdadera” yerba mate.
Más allá del origen botánico o del método de elaboración, la expansión global del mate plantea nuevas tensiones entre tradición e innovación, autenticidad y adaptabilidad. ¿Es legítimo preparar un mate con frutas o hierbas añadidas? ¿Puede servirse frío en una botella lista para beber y seguir llamándose “mate”? ¿Dónde está el límite entre la evolución cultural y la pérdida de identidad?
Como ocurre con el café o el té, la percepción de lo “puro” no es universal, sino que varía según el contexto social, histórico y comercial. En Argentina y Uruguay, cebar un mate implica una secuencia casi sagrada; en Europa, muchas personas lo descubren por primera vez en forma de lata, infusionado con jengibre, limón o yerbas funcionales.
Si quieres seguir leyendo este artículo del Nº101 de la Revista Fórum Café, accede al análisis completo sobre el mate como fenómeno cultural, las diferencias entre países productores, el auge en Europa y los desafíos de mantener su identidad ante una demanda creciente.
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