Alemania, con sus 82 millones de habitantes, constituye el mercado de productos alimenticios más grande de Europa. A pesar de que una buena parte de la demanda local se abastece de productos nacionales y del resto de la UE, el país importa cantidades significantes de productos alimenticios del resto del planeta, entre ellos el café.
Este país es el tercer mayor consumidor de café del mundo después de los Estados Unidos y Brasil. La demanda doméstica de este producto alcanza los 9,5 millones de sacos de 60 kg de café verde al año, equivalentes a 570.000 toneladas. Esto es, aproximadamente, el 6% del consumo mundial de café.
Más café que cerveza
Por orígenes, Brasil, Honduras y Colombia son los principales proveedores de café para Alemania, mientras que per cápita, se estima que cada alemán consume alrededor de 7 kilos de café al año o lo que es lo mismo una media de 162 litros por persona y año. Esta cantidad está sensiblemente por encima de los de 106 litros de cerveza de consumo anual per cápita, calculados por la Asociación Brewers of Europe, lo que distingue al café como la bebida favorita de los alemanes, por delante de la propia cerveza y el agua mineral (143,5 litros/persona/año).
La balanza positiva a favor del café se explicaría, según los estudios realizados por la Asociación de Cervecerías alemanas, por los nuevos hábitos de consumo más saludables adoptados por los alemanes y en los que el beber alcohol ha dejado de estar moda. A todo ello se suma el gusto de la juventud alemana – más experimental e innovadora que sus generaciones anteriores-, por probar productos nuevos, habiendo encontrado estos en el café, un consumo sujeto a una experiencia ligada tanto a lo que hay detrás de la taza – orígenes, tuestes, barista, calidad…- como donde se toma la taza – locales especializados, tecnología, nueva oferta de bebidas… -.
Mercado maduro
A pesar de esta nueva realidad, el mercado alemán del café está considerado un mercado maduro. Para hacer frente a esta situación, donde existe poco margen al crecimiento los tostadores han optado por ampliar su rango de productos y, así, poder llegar a más clientes, arrebatárselos a la competencia. En el país han aumentado las certificaciones orgánicas y también las ediciones limitadas de cafés especiales y en los establecimientos especializados en café abunda la oferta no sólo de orígenes específicos, sino también de regiones más definidas.
A diferencia de otros países de Europa, los consumidores alemanes esperan alta calidad en los productos que compran y suelen estar bien informados sobre los que consumen. Tanto es así que, según el Portal de Negocios Alemanes, promovido por el Ministerio de Economía alemán, los ciudadanos de este país prefieren sacrificar el consumo en actividades de ocio a favor de mantener el gasto en los productos alimenticios que les permiten mantener estable su estándar de vida.
Esta nueva actitud del comprador alemán ha contribuido a la promoción del café de calidad en el país, variando algunos patrones tradicionales de la relación con este producto. Por ejemplo, según Statista, las ventas de café en grano frente a las de café molido, se incrementaron un 10% en 2015, siendo cada vez mayor, también, el número de referencias a orígenes específicos no sólo en las tiendas de café y cafeterías de tercera generación, sino, también, en los lineales de los supermercados. El canal de ventas en línea, por su parte, es el que más crece, aunque la participación del café en este caso sigue siendo baja. La plataforma principal es Amazon Party.
Otras de las peculiaridades de la relación de Alemania con el café es, sin duda, el hecho de que este país sea considerado con frecuencia país productor en muchas estadísticas de mercado. El motivo no es otro que la gran operativa del puerto de Hamburgo, el primer puerto europeo de café y segundo mundial, por donde transita una buena parte del café que se distribuye posteriormente a Europa. Actualmente, según la Información Estadística Sectorial facilitada por la Federación Española del Café sobre los datos provisionales de Intrastat, en 2015, España importó 39.407 toneladas de café verde desde Alemania, un 41,39% más que el año anterior, cuando llegaron 27.871 tm.
La relación de Hamburgo con el café es larga, aunque su empuje definitvo se produjo en 1888 con la creación del puerto franco que convirtió a esta dársena en uno de los mayores almacenes de café, cacao, especias y alfombras de Europa. La construcción del canal entre el Mar del Norte y el Báltico en 1895 incrementó aún más el atractivo de este lugar que se posicionó como principal puente entre América y la Europa Central.
Desde 2015 el complejo de almacenes de este puerto, el el Speicherstadt, fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Àngela d’Areny