El molino es el equipo que nos permite reducir los granos enteros de café a pequeñas partículas que en contacto con el agua facilitarán la extracción de los sabores y aromas de este producto. En la preparación de la taza perfecta, el molino juega, pues, un papel clave, resultando los efectos del paso del café por este equipo, factores importantes en la misión de cualquier buen barista para preparar el mejor café.
En pocas ocasiones cuando se habla de los parámetros a tener en cuenta en la preparación de un espresso perfecto, la temperatura que alcanza el café durante la operación de molido es tenida en cuenta. Sin embargo, esta temperatura influye en la extracción. Cuanto más se calienta la cámara del molino, el equipo muele más rápido, lo que influye, por ejemplo, en la cantidad de café que obtenemos en el caso de las moliendas programadas por tiempo. De igual modo, una temperatura demasiado elevada por un tiempo prolongado puede resultar fatal para la conservación de las propiedades sensoriales del café que vamos a servir. Un buen molino, una buena calibración y una buena mano barista, serán suficientes para evitar este problema.
¿POR QUÉ SE CALIENTA EL CAFÉ EN EL MOLINO?
Por norma general y simplificando mucho la respuesta, un molino profesional de café se compone de un motor eléctrico que suministra la potencia mecánica para mover dos fresas, una de ellas fijada o ligada al movimiento del motor y una segunda colocada de forma superpuesta en la parte superior del molino sin movimiento alguno (el elemento de transmisión entre motor y fresas puede ser el eje del motor sin ningún acoplamiento, un acoplamiento con rotura de puente térmico, una reductora de velocidad, etc.).
El café entra a la cámara de molido, que puede ser parte del propio motor o una pieza independiente, desde la tolva y, a través de la boca de entrada, vertical u horizontal, con o sin sinfín para acelerar que el café, accede al interior, atraviesa el espacio entre las fresas y se muele para, finalmente, ser canalizado a través de la boca de salida por unos conductos hasta el portafiltro o la cámara de dosificación.
Ahora bien, todos estos elementos pueden tener distintas soluciones y por tanto, no todos los molinos son iguales, de modo que factores como el material de fabricación, el tamaño de las fresas, r.p.m., geometría, kilogramos/hora molidos, sistemas de ventilación, rendimientos del motor…, influyen directamente en la temperatura que adquieren las partículas de café molido en su interior, además de en el caudal y granulometría de los granos sometidos a las fresas.
A nivel general, sin embargo, hay dos razones básicas para que el café se caliente en los molinos. La primera tiene que ver con la propia acción mecánica de triturar los granos de café y que provoca que la fricción entre los discos se transforme en calor y que el café absorba la temperatura que se genera. En esta operación la temperatura del café puede subir unos 10ºC. (Ver gráfico).
La segunda razón por la que el café se calienta en el molino es el motor eléctrico de este equipo, el cual presenta un rendimiento inferior a 1 (relación entre la energía mecánica que entrega en el eje para moler café y la energía eléctrica consumida). Esta diferencia supone pérdidas de energía, las cuales se disipan en forma de calor a través de la carcasa del motor. Ambos efectos, la molienda y la disipación de energía del motor, aportan calor al café por conducción y convección, por lo que la cámara de molido se calienta progresivamente.
En todos los casos, para preservar la calidad del grano, el café en el molino no debería alcanzar nunca una temperatura superior a los 40ºC, aunque este dato es difícil de concretar, ya que todas las partículas de café molido presentes en una dosis, al ser analizadas, tienen diferente temperatura.
INTERRELACIÓN DE FACTORES
Durante la preparación del espresso, todas las variables han de estar perfectamente alineadas y se debe saber parametrizarlas para conseguir consistencia en cada taza. Granulometría, tiempo, temperatura, etc., son factores que están interrelacionados y el cambio de uno, afecta directamente a los otros.
Es así que el incremento de la temperatura en el molino tras moler varios kilogramos de café genera una dilatación de los materiales del molino. Esta dilatación puede afectar significativamente el punto de molido, en cuyo caso todos los parámetros mencionados se verían afectados en cierta medida.
Un buen diseño debe tratar de reducir, pues, el calentamiento y combinar distintos materiales para compensar las dilataciones y hacer que el punto de molido se mantenga lo más estable posible incluso a ritmos de trabajo elevados. Ello evitará variaciones en el punto de molido y que se deba modificar la configuración del equipo, con el riesgo que ello conlleva para la uniformidad de las tazas.
En el caso de los molinos integrados en máquinas superautomáticas, los mecanismos que utilizan para moler el café son similares a los de los molinos profesionales de café, aunque los motores suelen ser más pequeños al estar dimensionados para un ritmo de trabajo menor que el de un molino profesional. Otra diferencia importante es que el molino integrado dentro de una cafetera superautomática se ve afectado negativamente por la temperatura generada por las calderas de agua y vapor que van en su interior, así como por la humedad provocada por los sistemas de vapor utilizados para calentar la leche. Los fabricantes, sin embargo, ya han empezado a desarrollar soluciones que minimizan estos efectos.
QUÉ ES MÁS IMPORTANTE, ¿QUÉ LA TEMPERATURA DE LA CÁMARA DEL MOLINO NO SEA ALTA O QUE SE MANTENGA ESTABLE?
Lo mejor sería mantener la mayor estabilidad posible, dentro de un rango de temperatura óptimo que se recomienda sea lo más cercana posible a la temperatura ambiente. Conseguirlo, además de lo ya visto, depende del material con el que esté fabricada esta cámara, el nivel de temperatura que pueda llegar a acumular y la capacidad para poder absorberla y disiparla.
En caso de que la cámara de molido se caliente con altos ritmos de trabajo, lo más importante es comprobar que esto no afecte significativamente al punto de molido. Y esto es aplicable a la operación de molido para todo tipo de extracciones, aunque muy especialmente para el espresso, ya que su elaboración requiere más precisión en todos los aspectos.
EN BUSCA DE LA ESTABILIDAD TÉRMICA DE MOLIDO PERFECTA
Los fabricantes de molinos profesionales de café empiezan a incorporar interesantes soluciones a sus equipos para tratar de asegurar una temperatura de molido lo más baja y estable posible. Estas innovaciones van desde cámaras con temperaturas controladas a nuevos materiales para la fabricación de las fresas que absorben y disipan temperatura, pasando por cámaras ventiladas y refrigeradas después de cada dosis, cámaras de molido aisladas para el motor, sistemas con una mayor distancia en la ubicación del motor y otros elementos del molino o motores con más potencia.
Para locales con alto consumo de café, la solución ideal propuesta por los fabricantes es independizar la cámara de molido del motor, añadiendo un sistema de ventilación inteligente que evite que el calor del motor afecte a la cámara. Desde el punto de vista térmico, podemos deducir, pues, que molinos con motores sobredimensionados, cámara de molido aislada del motor, sistemas de enfriamiento con ventiladores, etc. nos indican que estamos ante un buen equipo, el cual para resultar perfecto para el trabajo deberá, además, presentar una calidad general en todos los materiales utilizados para la fabricación del mismo y asegurarnos no solo un fácil acceso a las operaciones de limpieza y mantenimiento, sino, también, la máxima fiabilidad, ya que, no debemos pasar nunca por alto que un molino fuera de servicio provoca el “paro absoluto” del servicio de café en un establecimiento.
TENDENCIAS EN MOLINOS DE CAFÉ PROFESIONALES
Más allá de las tendencias apuntadas con relación a las innovaciones en el ámbito de la estabilidad térmica de los molinos, la industria no ha dejado de trabajar los últimos años en nuevas prestaciones que hacen de los nuevos molinos verdaderos equipos de precisión.
Actualmente destaca la apuesta general de casi todos los fabricantes por un sistema “on demand” que proporciona la dosis de café al instante, molida o premolida, con el objetivo de mantener la frescura del producto y así conseguir extraer la mayor esencia en cada una de las tazas elaboradas.
Otra clara tendencia es la incorporación de “Display touch” con distintas funcionalidades. Estos displays, además, aportan ventajas de personalización y una clara visualización de todos los parámetros del molino. También está en auge el uso de los sistemas de conectividad que aportan un control telemático sobre el rendimiento de los equipos, consumos, operaciones de mantenimiento, geolocalización, etc. Los parques de molinos en la nube empiezan a ser ya una realidad de la Industria 4.0, en la que la conectividad es una funcionalidad totalmente imprescindible.
De igual manera, forman parte de las tendencias actuales, la estética de los molinos con áreas de personalización para exhibir las marcas, así como tolvas personalizadas y otros elementos de visibilidad como latas o PETs.
Fuentes
José Angel Markotegi, Ingeniero I+D. Markibar.
Rubén Sanz Navarro, Specialty Coffee Ambassador Evoca Group
*Puedes acceder a la revista Fórum Café nº83 completa aquí.