Los relatos relacionados con los grandes y pequeños inventos, incluidos todos aquellos que tienen que ver con el café, suelenesconder historias de casualidades, ideas geniales y mentes innovadoras. La historia de la máquina de vending no es una excepción y su invención además de curiosa podría ser la más antigua de una máquina hoy día utilizada para servir café.

Según recogen diversos trabajos, la primera máquina de vendig de la historia fue diseñada en Egipto por el ingeniero y matemático Herón de Alejandría, en el siglo I antes de Cristo y era un artilugio que dispensaba agua bendita en los templos de Tebas y alto Egipto. Para ello, los fieles debían introducir una moneda, parece ser que de 5 dracmas, y un ingenioso mecanismo de contrapesos hacía que un lado de una balanza interior de la “máquina” bajara y el otro subiera, abriendo, así, una válvula por la que salía el agua y que se volvía a cerrar cuando la moneda caía del todo.

Estas primeras “máquinas de vénding” además de compartir con las actuales la función de dispensar un producto bajo demanda, estaban situadas, también, en lugares estratégicos y de alta concurrencia como demuestra el hecho de que las referencias que se tienen de ellas las ubica, siempre, en las puertas de los templos. Más allá de estos ancestrales inicios, hay que decir, sin embargo, que la invención del vending moderno se sitúa varios siglos más tarde, concretamente en 1880 en Inglaterra, cuando un editor, Richard Carlile, inventó una máquina expendedora para vender sus libros.

Para burlar la censura y la subida abusiva de impuestos, Carlile construyó una máquina dispensadora de libros camuflada con un frontal en forma de reloj. El lector solamente tenía que girar las manecillas hasta seleccionar uno de los títulos, insertaba el dinero y la máquina sacaba el ejemplar. Así, eliminando al intermediario, desaparecía el delito de distribución de información prohibida. La idea era genial, pero la máquina pasó con más pena que gloria y no fue hasta tres años más tarde, en 1883, cuando la máquina de venta de postales dePercival Everitt se hizo famosa, tanto que se llegaron a instalar más de un centenar por todo Londres.

El mecanismo de la máquina de Everitt funcionaba sin errores y pronto desde el otro lado del Atlántico le llovieron las ofertas para hacerse con la patente y llevar la máquina a Estados Unidos, donde Thomas Adams Gum Company instaló las primeras unidades que adaptó para vender sus productos, los chicles.

Pocos años después, a principios del siglo XX, se empezaron ya había máquinas de vending distribuidas por ese país y además de chicles, también distribuían cigarrillos, sellos, … y a partir de 1920, bebidas, concretamente gaseosa en vaso, aunque la gran revolución en el campo de los refrescos llegó con la primera dispensadora de Coca-Cola fría en 1929, un inventó que resultó el empujón definitivo para esta bebida que hasta el momento solo se podía comprar en tiendas de ultramarinos y farmacias y que ahora se ponía al alcance de todo el mundo en cualquier momento y lugar. Cuatro años después, se presentaba el primer dispensador de refrescos automático de Coca-Cola.

La popularidad de las máquinas expendedoras no dejó de crecer en los años siguientes, cuando le llegó el turno al café. La primera máquina con servicio de café caliente se fabricó en 1946 y fue la que marcó un auténtico hito en la historia del vending, expandiendo rápidamente su uso a nivel mundial. El inventor de esta primera máquina de vending de café fue Cyrus Melikianque la bautizó como Kwik Kafé. Explican que la idea le surgió ante la necesidad de muchas empresas de acortar la pausa del desayuno y es así que ideo la Kwik Kafé, capaz mezclar café instantáneo con agua caliente, añadir azúcar o leche a elección del cliente y servirlo en solo 5 segundos en un vaso de papel, sin intervención humana.

Un año después, la máquina de Melikian que empezó a distribuir la R.M. Rudd Melikian Company, ya se había instalado en numerosos puntos del país y según publicitaba la empresa, servían 250.000 tazas diarias. En 8 años, el número de máquinas superaba las 60.000 unidades en oficinas, fábricas y estaciones de todo Estados Unidos.

A Europa, la máquina de vending de café llegaría poco tiempo después, en la década de los 50. Las primeras eran de fabricación estadounidense, pero pronto Italia tomó la iniciativa de su fabricación y de sus fábricas salían máquinas expendedoras de café para todos los países de Europa.

En España, estas máquinas de distribución automática empezaron a implantarse de forma significativa en la década de los sesenta del siglo pasado. En un primer momento, solo las grandes empresas – Telefónica, Renfe, Altos Hornos, … -incorporaban las nuevas cafeteras. Hoy, sin embargo, es casi anecdótico encontrar quienes no tiene una máquina automática de elaboración y dispensación de café.

Según estudios realizados sobre el consumo de café durante la jornada de trabajo, se ha demostrado que esta práctica mejora las relaciones laborales y contribuye al aumento del rendimiento de los trabajadores. Además, en momentos susceptibles a bajar la atención por cansancio o por estrés, el hecho de realizar una pequeña pausa para tomar café ayuda a descargar tensión y volver a la concentración.

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