Escasamente tres años después de su descubrimiento, cada vez son más las voces que hablan y alaban el café Yemenia, la nueva variedad genética de café arábica descubierta en el Yemen, que además de presentar una calidad en taza diferenciada, abre las puertas a investigar como producir café en condiciones más extremas derivadas del cambio climático.
Yemen posee la mayor parte de la diversidad genética de café Arábica conocida fuera de Etiopía y diversas investigaciones a lo largo de la historia demuestran que el 98% de los Coffea arabica son rastreables hasta el Yemen. Allí, el entorno y condiciones en las que crece este producto ha definido una personalidad propia para los cafés yemenís, algunos de los cuales, presentes en las mejores cartas de Cafés de Especialidad de diversos establecimientos de todo el mundo. A pesar de esta circunstancia, no ha sido hasta hace muy poco que un estudio ha investigado la diversidad genética de C. arabica en Yemen, habiendo sido el principal resultado de esta investigación, el anuncio del descubrimiento de una nueva variedad genética de cafés, exclusiva de este país, el café Yemenia.
Su calidad en taza se han formado a través del proceso de domesticación del café en este Yemen, mientras que su potencial, aseguran sus descubridores, podría ayudar a allanar el camino para más proyectos integrales de mejora genética e identificación de los principales genes de resiliencia y/o adaptación de las plantas de café. “La especie Arábica, que se encontraba de forma silvestre en los bosques de Etiopía, viajó a Yemen hace al menos 600 años, donde, probablemente por primera vez en la historia, se empezó a producir café como un cultivo regular. Al pasar de los frondosos bosques de Etiopía a las áridas montañas de Yemen, la genética de los árboles yemeníes fue cambiando con el tiempo para adaptarse al nuevo entorno a través de la domesticación, la selección natural y un proceso conocido como deriva genética, que propició que se volvieran claramente diferentes a sus antepasados etíopes. Estos árboles únicos se convertirían en los árboles ‘madres’ de casi todas las variedades cultivadas que se conocen en la actualidad”, explican desde Qima Coffee, empresa especializada en el café del Yemen que junto al genetista Christophe Montagnon han liderado la investigación que acabó dando con el café Yemenia, calificado por algunos como el mayor hallazgo en el segmento de los arábicas desde el descubrimiento del Typica/Bourbon y los SL.
El trabajo, un ambicioso proyecto para mapear todos los cafés del Yemen, se desarrolló durante tres años, tomando muestras y estudiando la huella genética de 137 muestras de café Arábica, 72 representantes de cafés etíopes, 20 muestras de cafés cultivados en todo el mundo fuera de Etiopía, y 45 muestras de 45 árboles seleccionados del germoplasma de Yemen que representaban las principales áreas cafetaleras de este país africano, desde donde el café inició su viaje hasta otros territorios que lo adoptaron como cultivo.
Como era previsible, entre las muestras recogidas en el estudio se reconocieron muchas de las variedades de café Arábica cultivadas hoy día en el mundo, pero lo sorprendente fue encontrar, además, plantas de un grupo genético completamente distinto al del resto de cafés arábicas catalogados hasta el momento, el Yemenia, que los investigadores igualan en categoría a la del resto de grupos del árbol genético del Coffea arabica. “Con el resultado de los estudios genéticos de todas las muestras sobre la mesa, nos dimos cuenta de que teníamos hasta cinco grupos genéticos diferentes, y no cuatro como hasta el momento. El primer grupo, que denominamos conglomerado exclusivo de Etiopía (EO), estaba formado únicamente por las accesiones etíopes. Este grupo era claramente diferente del resto de variedades cultivadas en Yemen y en resto del mundo, lo que confirma la distancia genética entre las accesiones silvestres de Etiopía y las variedades cultivadas de café en el resto de orígenes.
Al segundo grupo lo identificamos como SL-17, un pequeño conjunto de variedades con características similares, cultivadas en diferentes partes del mundo, pero no en Yemen. El tercer y cuarto conglomerado de cafés, por su parte, estaban formados por variedades de todo el mundo y muestras de Yemen. Los llamamos, grupo Yemen Typica Bourbon y grupo Yemen SL-34. El resto de estudios genéticos de los cafés sobrantes eran imposibles de catalogar en ninguno de estos cuatro primeros grupos. Eran cafés con una genética especial que exclusivamente crecían en Yemen y que no estaban relacionados con ninguna variedad cultivada conocida y, tampoco, con ninguna accesión etíope definida. Al nuevo grupo lo lamamos genéricamente Nuevo-Yemen. Las comprobaciones posteriores corroboraron que esta variedad genética de café no se conocía antes de nuestra investigación, y que no se había observado en ninguna otra parte del mundo, bien porque nunca salió de Yemen o porque su fuente genética se perdió en Etiopía”, explica el genetista Christophe Montagnon.
EL CAFÉ YEMENIA EN TAZA
Para evaluar la calidad de la taza de café Yemenia, Qima Coffee, en colaboración con Alliance for Coffee Excellence (ACE), reunió a un panel de 35 catadores independientes de 24 compañías de café, líderes a nivel mundial, de 14 países diferentes, quienes fueron invitados a probar múltiples muestras.
La puntuación de los cafés examinados superó, en la práctica totalidad de los casos, los 90 puntos, consiguiendo excelentes comentarios que describieron la calidad de los cafés como extraordinaria. Tanto es así que al seleccionar las muestras para la subasta electrónica de cafés de colección del Yemen, 15 de los 20 cafés eran de la variedad genética Yemenia, destacando lotes con 90,93 puntos como el Yahya Al-Lahaba que lleva produciendo café desde la década de los ’60 y que presentó un Yemenia de proceso natural cultivado a 2300 m.s.n.m en la región de Sanaa, donde su café crece en terrazas al estilo tradicional de este país desde hace siglos.
“Empecé a cultivar café a una edad temprana cuando mi padre falleció en la guerra civil de los años 60. Mi madre trabajó conmigo en el manejo de las finanzas y la tierra hasta que aprendí lo suficiente para administrar nuestra plantación. Ella me enseñó todo lo que sé hoy, desde cultivar hasta podar y recoger”, explica el propio Al-Lahaba para quien el café es todo. “Mis bisabuelos plantaron y documentaron los árboles de los que vivimos hoy. ¡Algunos de nuestros cafetos tienen 250 años! Mis otros hermanos están trabajando en la ciudad buscando otros trabajos, pero mi mayor deseo es poder transmitir mis conocimientos y bienes cafeteros a mis hijos para que puedan continuar con el legado de la familia”, dice orgulloso
YEMENIA ¿UN FUTURO PARA EL CAFÉ ARÁBICA?
Pero más allá de su calidad, el Yemenia es, para Montagnon y el resto de expertos que han participado en su catalogación, un café que puede resultar clave para la supervivencia del cultivo de este producto más allá del cambio climático. “El Yemenia representa una gran oportunidad para la sostenibilidad del sector cafetero mundial. De hecho, abordar los efectos del cambio climático en el café dependerá, en parte, de nuevas variedades adaptadas a temperaturas extremas. Y Yemen puede ofrecer al mundo del café varios siglos de genes seleccionados por el clima extremo del país”, afirma el genetista francés. Y es que, Yemen tiene un clima áspero, con temperaturas altas y bajas en el rango extremo de las áreas de cultivo de café en todo el mundo y los niveles de lluvia en este país son los más bajos del planeta.
“No hay duda de que este entorno ha favorecido las variedades resistentes, no solo entre los años 1400 (cuando el café se introdujo por primera vez en Yemen) y 1700 (cuando las principales variedades de café del mundo actual salieron de Yemen rumbo a otros países), sino también durante los últimos 300 años de cultivo y propagación”. Además, los hallazgos, recoge Christophe Montagnon en su trabajo, no únicamente podrían proporcionar a la comunidad cafetalera mundial una exploración y comprensión más profundas de la diversidad genética en el origen de variedades exitosas comprobadas, sino que también podrían ofrecer un reservorio genético completamente nuevo: el grupo de Nuevo-Yemen.
“Nuestros resultados ofrecen al mercado de cafés especiales una nueva diversidad genética inexplorada para la calidad en taza, lo que puede aumentar significativamente la diversidad y la sostenibilidad del sector cafetalero. Y por último, pero no menos importante, aunque Yemen es uno de los países productores de café más antiguos, se sabía muy poco sobre el panorama genético del café del país. Nuestros resultados serán fundamentales para guiar la selección del mejor material de plantación para los caficultores yemeníes”, concluye Montagnon.