China es el mayor productor y exportador de té del mundo, con una producción de 2,9 millones de toneladas en 2020 – 1,5 millones más que hace una década – y aproximadamente el 35% de la producción mundial de este producto. A China, le siguen, India, Kenia, Sri Lanka y Turquía en el top 5 de los cerca de 35 países que producen actualmente té en el mundo.
La producción de té no deja de crecer y todas las previsiones apuntan a que esto seguirá sucediendo en los próximos años. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha señalado en un informe que la producción mundial de té negro alcanzará los 4,4 millones de toneladas de producción en 2027, de mano, principalmente, de China, Sri Lanka y Kenia (mayor exportador de té negro a nivel mundial). El mismo estudio sostiene que la producción de té verde también seguirá creciendo en porcentajes aún más marcados, 7,5% anual, alcanzando las 3,6 toneladas para el mismo año. En este caso, se apunta a China como líder destacado de este aumento de producción.
DE MODA ENTRE LOS JÓVENES CHINOS
E igual que la producción, la demanda mundial de té también crece a excepción de los países europeos importadores tradicionales –menos en Alemania-, que han sufrido una reducción en los niveles de consumo.
China es uno de los países donde la demanda evoluciona positivamente y se está beneficiando de un nuevo tipo de clientela: los consumidores urbanos jóvenes que se han convertido ya en el segmento de más rápido crecimiento. Estos nuevos consumidores no solo están dispuestos a pagar más por tés especiales, sino que también quieren saber más sobre el producto que consumen: su calidad, origen y producción.
En general, estos jóvenes son de clase media-alta y buscan productos de moda para integrar en sus estilos de vida, que ahora también incluyen tés de calidad gourmet, que consumen en los ambientes refinados de teterías especializadas y restaurantes, hoteles y cafeterías exclusivas.
PRINCIPALES TÉS CHINOS
Té verde: Es el tipo de té que concentra la mayor producción y demanda interna en China. Es un té que destaca por sus sabores complejos, siendo los más populares: El té Xihu Longjing, también conocido como el West Lake Dragon Well; Bi Luo Chun; Huang Shan Mao Feng y Liv An Gua Pian.
Té oolong: Este té, también conocido como té azul o té de la longevidad es un té tradicional chino especialmente apreciado por sus propiedades antioxidantes, además por su función reguladora del colesterol y protectora del hígado. Las dos variedades chinas más populares de este té son la Tieguanyin y Da Hong Pao, un té, este, que proviene de arbustos tan antiguos que le aportan tal pedigrí que se ha convertido en uno de los tés más caros del mundo, habiéndose llegado a pagar hasta 1.400 dólares por un gramo de este té.
Té amarillo: Este tipo de té tiene una producción muy pequeña, siendo una de sus variedades más conocidas la Junshan Yinzhen, autóctona de la isla Junshan en la provincia de Hunan, y considerado el té más raro de China. Soporta menos procesamientos, destaca por su sabor dulce y pronunciado aroma.
Té blanco: Durante la época de la China Imperial fue el predilecto de los gobernantes y clases altas para la ceremonia del té. Éste un té de sabor muy suave, dulce y sedoso y entre las variedades chinas autóctonas destaca la Yin Zhen o Bai Hao Yin Zhen, originario de la provincia de Fujian y que se elabora solo con brotes tiernos. Otros tés blancos chinos son el Pai Mutan, el Gong Mei o el Shao Mee.
Pu-erh: Es el té normalmente conocido como té rojo, reconocido por su agradable amargor y astringencia. Las dos opciones de té rojo chino más populares, sobre todo entre jóvenes consumidores y expertos en esta bebida son el Puerh Sheng (té no fer- mentado y potente de sabor) y el Puer Shu (té fermentado de sabor suave y textura densa).
Té negro: El más famoso de los tés negros chinos es el Keemun producido en la provincial de Anhui. Destaca por sus notas afrutadas y a pino, su nula astringencia y aroma similar al del cacao. Otros tés negros chinos destacados son el Tanyang Gongfu, el té ahumado Yin Jun Mei o el Dian Hong, con su llamativo sabor a malta.
Finalmente, y como curiosidad sobre el té de China, apuntar que este origen es uno de los tres países del mundo junto con Corea y Japón, que cuenta con territorios de cultivo de té identificados como “Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial” por la FAO y que corresponden a paisajes estéticamente impresionantes que combinan la biodiversidad agrícola con eco- sistemas resilientes y un valioso patrimonio cultural.
Fuentes: Grupo Intergubernamental sobre el Té (GIG) de la FAO