En el espacio de producción de café hay un patrón social que parece repetirse: la gente joven no continúa con la labor de producción, sino más bien dejan la finca en busca de oportunidades laborales fuera del sector. Cesar Marín (31 años) es uno de los pocos jóvenes que apostaron por continuar con la producción de café y asumir los nuevos retos del mercado de café de especialidad utilizando la tecnología y las redes de comunicación para defender la particular propuesta de su finca. La Chacra D’Dago -nombrada a partir de su padre, Dagoberto Marin- es un espacio donde se practica la producción biodinámica, una aproximación a la agricultura que presenta una visión compleja del espacio de producción. ¿Qué es el café biodinámico? ¿Cómo afecta la taza? Cesar responde esas y más preguntas a continuación…
 
Qué es la biodinámica?
Es un tipo de agricultura ecológica, creada por el erudito Rudolf Steiner, considerada una de las más antiguas dentro del movimiento orgánico. Básicamente se trata de entender la finca o la granja de una manera integral, casi como un organismo vivo. La biodinámica es entender que todo está conectado como un solo ser: las plantas, los animales, el suelo y el cosmos. El hombre es quien va a administrar todo eso para que sea un espacio armonioso y equilibrado. Lo biodinámico tiene que ver mucho con entender que todo está vivo, en términos de agricultura podría decirse que es lo opuesto a un monocultivo. Un monocultivo es cuando un productor cultiva una sola especie, un productor biodinámico piensa que la finca puede dar mucho más: especies nativas, exóticas, frutales, maderables, etc.

¿Cuál es la posición de la biodinámica frente al café sostenible?
Con relación al tema de sostenibilidad se podría decir que se complementan, la biodinámica plantea que la planta no compite. En un sistema convencional muchos ingenieros deciden no sembrar algunas especies por la posibilidad de que compitan con los cultivos de café. Ese es el pensamiento de un productor convencional, uno biodinámico entiende que si bien su principal producto es el café, también necesita de otras especies que le den minerales de una forma orgánica al café. La palta, el plátano, el cedro… son especies nativas que aportan riqueza al suelo del café. Nosotros además conservamos las variedades que tenemos en finca, la sostenibilidad también se mantiene trabajando con lo que tenemos y no aniquilando toda una variedad para producir otras supuestamente mejores, se puede lograr buena calidad si se hace un buen trabajo de cosecha y postcosecha. Tenemos plantas viejas que no producen de manera masiva, pero que pueden lograr calidad en taza. Se puede hacer calidad con lo que se tiene.

¿Qué prácticas comulgan con la biodinámica?
Necesitas un calendario astronómico que apoye las prácticas biodinámicas donde se vea qué constelaciones están relacionadas con el movimiento de la luna para saber cuál es el mejor día para plantar y cosechar. Luego, usar preparados biodinámicos, “remedios para el suelo”, como los llamaba Steiner, que son mezclas de material orgánico que alimentan el suelo.  Se debe tener diversidad de animales en la finca, por sus excretas y porque cumplen roles dentro del organismo vivo que es la finca. La biodiversidad de especies provee de sustento a los productores, un biodinámico debe poder comer de su huerta.

¿Apuntas a que haya más trabajo biodinámico en las fincas productoras?
Sí, mucha gente en el mundo conoce y practica la biodinámica. Queremos agrupar a productores de la zona para capacitarlos en prácticas biodinámicas, proyectamos que en tres años se puedan ver resultados.

¿Qué estándar de calidad te puede dar un cultivo biodinámico?
En el caso de nuestro café, nos ha dado una buena taza. Hace unos años estuve en Vancouver (Canadá) para formarme, llevé mi café y la respuesta tanto del head roaster – maestro tostador- como del catador fue muy favorable. El head roaster me comentó que durante el proceso de tostado el café se desarrolló de una forma muy armoniosa, muy estable. Se dice que mucho depende de la variedad del café, el nuestro era catimor -que se comenta que no da tan buena taza-, pero demostró un perfil interesante. Con este sistema de trabajo el rendimiento por hectárea puede incrementar, hace cuatro años producíamos 15 quintales, hoy producimos 35 por hectáreas. Cuando la planta está en armonía con otras especies y se alimenta de una forma orgánica y natural, la calidad del grano mejora es más denso, más dulce… Nuestra producción masiva tiene 84.5 puntos en taza, tenemos microlotes de 87 y nanolotes de 88 para arriba.

Finalmente, a partir de tu experiencia ¿por qué es importante que la gente joven se mantenga en el campo?
Creo que el joven cumple un rol importante para ayudar al productor a ponerse al día con los nuevos estándares de calidad. El joven tiene acceso a información más actualizada y puede compartirla con el productor para que sepa que la calidad ya no se trata solo de una taza limpia y de un buen rendimiento, sino que es mucho más compleja y determinante para establecer el precio. Además, los jóvenes tienen cada vez más herramientas para crear y comunicar la historia de su café conociendo qué es lo que tienen y cómo lo pueden vender. Los hijos pueden abrirles los ojos a los padres hacia el futuro del café de especialidad.

Texto: Carina Barreda