Café Fortaleza cuenta con más de 120 años de historia. Fue la primera empresa vasca de café y hoy día sigue en manos de la misma familia que propició su nacimiento. De producto recurrente, el café se ha convertido en la razón de ser de Grupo Fortaleza, que a lo largo de su historia y la del café en España ha destacado por su innovación y calidad.

Grupo Fortaleza inició su actividad a finales del siglo XIX, concretamente el año 1885, cuando varios miembros de la familia Padró se trasladaron desde Bràfim, un pequeño pueblo de la provincia de Tarragona, a Bilbao, una ciudad que en aquel tiempo iniciaba ya su pujante desarrollo industrial. Con anterioridad, varias generaciones de esta familia se habían desenvuelto en el negocio de vino y aunque el motivo principal del traslado fue precisamente éste, el de abrir en la capital vizcaína una empresa comercializadora de caldos producidos en zonas cercanas a Euskadi, las circunstancias provocaron que entraran en contacto con el café, producto al cual se han dedicado desde entonces.

CAFÉ COMO MONEDA DE PAGO

Su historia con el café empezó al abrir diversos establecimientos de venta de productos de alimentación y exportaciones de vino a América, concretamente a México. La primera tienda estaba ubicada en la calle Pablo Alzola, exactamente en el mismo edificio en el que en la actualidad Café Fortaleza tiene su sede central de Bilbao.

En aquel tiempo, México era un país próspero que pagaba sus compras en el extranjero con metales nobles, mayoritariamente con plata, pero llegó un día que dejó de hacerlo, viéndose obligada la familia Padró a aceptar el pago con algún producto que pudiera tener salida en sus tiendas de coloniales. Este producto fue el café.

Así, cada vez que hacían un negocio con México, como pago recibían unos cuantos kilos de café que llegaban directamente a Bilbao, en barco. Siempre era café 100% arábica que tostaban en la trastienda de cada uno de los establecimientos hasta que en los albores del siglo XX, debido a la fama de calidad adquirida, decidieron montar una instalación específica que pudiera atender la creciente demanda, tal como ha quedado recogido en la prensa de la época, como el diario «El Pueblo Vasco».

DE LA TRASTIENDA A TODO EL TERRITORIO NACIONAL

Como eran las únicas tiendas que además de ofrecer productos de ultramarinos ofrecían café, consiguieron diferenciarse como las tiendas cafeteras de Bilbao, de las que también divergían por el tipo de tueste que aplicaban a sus cafés.

Desde los años 40, empezaron a distribuir ya su café bajo la marca Café Fortaleza, en una clara referencia al origen mexicano de su café y la denominación impresa en los sacos de café que les llegaban desde ese país. A diferencia de la mayoría de las casas de venta de café del momento, la familia Padró apostaba por torrefacciones más ligeras y un café de apariencia más clara, al estilo del tueste alemán. Poco a poco, el tamaño y el volumen de los tuestes fueron aumentando debido a la demanda que llegaba no solo de Bilbao, sino de toda Vizcaya, y también del resto del País Vasco.

Habían empezado a añadir nuevos orígenes, como cafés colombianos, y el interés por sus cafés era creciente, lo que llevó a la propiedad a plantearse la inversión en una fábrica para tostar café. En aquel momento, en Álava, se ofrecían suelos en muy buenas condiciones y en 1968 decidieron invertir en la fábrica de Vitoria, en la carretera de Gamarra, dentro del polígono del mismo nombre, donde todavía hoy reside la producción y tueste de la compañía.

LA INNOVACIÓN, COMO MARCA

En 1982, esta planta se convirtió en la primera del país en envasar café al vacío. Hasta la fecha se había tostado café para venderlo en el País Vasco, pero la buena acogida de su producto propició pronto la distribución en todo el norte de España. Para ello, sin embargo, era necesario hacerlo en envase al vacío y siguiendo los pasos de una gran multinacional que había lanzado en nuestro país su producto envasado al vacío. Café Fortaleza decidió instalar una línea de envasado de este tipo en su fábrica, la cual se convertiría en la primera en territorio nacional.

En 1990, el crecimiento de la firma y las nuevas necesidades del mercado, propiciaron una nueva ampliación de la línea de molido de esta firma que automatizó todo el proceso productivo y robotizó el almacén de expediciones.

La constante actualización de estas instalaciones, así como el trabajo en innovación de Café Fortaleza, les ha llevado a ser merecedores de diversos reconocimientos, alguno de los más recientes, el premio a la innovación alimentaria otorgado por el Clúster de Alimentación de Euskadi. Además, hoy día, su monto de inversiones en el proceso de construcción suma más de 15.000 millones de euros, lo que lo convierte en el más alto del sector café «no multinacional” en España. Han sido la primera marca no multinacional en presentar a todo el mercado nacional sus cápsulas de aluminio Platinium, lanzamiento que ha venido seguido de uno de sus más recientes éxitos en innovación, como ha sido la implantación y la patente de sus cápsulas monodosis.

Parte de estos logros son fruto de la colaboración de esta firma con diferentes centros tecnológicos tanto de materiales como de desarrollo alimentario a nivel nacional, lo que demuestra la solvencia de las sinergias entre la industria del café y el mundo de la investigación y la academia, que tan buenos resultados están dando ya desde hace unos años en toda la cadena de valor de este producto. Consciente de la demanda de la sociedad respecto a la sostenibilidad y la alimentación sana, la empresa ha invertido, además, en la colocación de 300 paneles fotovoltaicos en su fábrica de Vitoria, lo cual satisface más del 20% de sus necesidades energéticas y reduce la emisión de 56 toneladas de CO2 a la atmósfera. Café Fortaleza ha recibido la certificación Lean&Green de AECOC y se ha adherido a la iniciativa de alimentación saludable del Gobierno Vasco. Su preocupación por causas benéficas también se ve reflejada en varias acciones, como la donación anual de un 0,7% de sus beneficios a fines benéficos.