Brasil lidera la revolución del café sin cafeína desde hace años y en su objetivo de conseguir nuevas variedades que aseguren desde la planta granos de café sin cafeína, ha puesto en marcha plantaciones experimentales que, de tener éxito, podrían dar paso a un café con un gran un nicho de mercado en regiones de gran consumo como Europa y Estados Unidos

Después de casi dos décadas de investigación, el Instituto Agronómico de Campinas (IAC), en Brasil, ha anunciado que sus trabajos en torno a variedades arábicas de café que crecen descafeinadas de forma natural ha entrado en una fase decisiva que podría dar pie, en unos pocos años, a la producción de un nuevo café comercial sin precedentes en el mundo.

Así lo han confirmado el investigador del IAC, Júlio César Mistro en una entrevista con Reuters, en la que también ha expresado su optimismo ante los resultados prometedores obtenidos hasta ahora, “la posibilidad de que salga mal es muy baja”.Mistro ha explicado que ya se ha realizado una siembra experimental en una región de Brasil y el IAC planea realizar dos más en octubre y noviembre.Los cafetos utilizados en estas siembras experimentales son el resultado de los cruces dirigidos mediante métodos tradicionales de mejoramiento en campo entre algunos de los principales cultivares comerciales brasileños, como Mundo Novo, Catuaí y Obatã Vermelho con cafetos de Etiopía con solo un 0,07% de cafeína, con el objetivo de transferir esa característica a cultivares más vigorosos y productivos.

Las muestras etíopes utilizadas forman parte del banco de germoplasma del IAC, uno de los más grandes del mundo, donde fueron detectados por la investigadora Maria Bernadete Silvarolla, en 2004, determinándose su porcentaje de cafeína en el 0,07%, es decir, por debajo del límite máximo del 0,10% marcado para que un café sea considerado descafeinado.

Cabe aclarar que la investigación del IAC no involucra ningún tipo de técnica de ingeniería genética, ni OGM (organismos genéticamente modificados), sino el mejoramiento clásico, que no es más que realizar todo el proceso de selección en campo, desde cruces hasta liberar y cultivar.

El café producido sin cafeína podría estar disponible en el mercado en 2033

“Elegimos aplicar un proceso de clonación (propagación vegetativa) para que podamos anticipar el uso de los mejores materiales, que, después de su conclusión, dará como resultado un cultivar clonal, es decir, el cultivar no se puede propagar por semillas”, explican los investigadores quienes, también, añaden, “el objetivo del trabajo ha sido cruzar variedades para llegar al grano naturalmente descafeinado, ya que, actualmente, este producto solo se obtiene mediante procesos industriales, lo que conlleva mayores costos que un producto 100% natural”.

Los investigadores del proyecto confirman, además, que el foco de su trabajo desde un inicio no ha sido desarrollar un material con alta productividad, sino una planta descafeinada con un buen nivel de producción de grano, que genere rentabilidad para el caficultor.
Las buenas perspectivas de éxito del proyecto han animado al IAC, que es parte del gobierno del Estado de São Paulo, a buscar socios privados para financiar la finalización del trabajo y ya han estado en contacto con posibles empresas interesadas. En caso de obtener financiamiento para la etapa final del proyecto, los inversores tendrían el uso exclusivo de la tecnología durante diez años.

Rumbo al 2033

Según explican desde el IAC, se estima que, después de sembrar los llamados clones de cafetos descafeinados, se necesitará esperar entre seis y siete años para confirmar los resultados en las pruebas regionales. Dado que el cafetal solo produce una cosecha al año, este proyecto de investigación a largo plazo, iniciado en 1999, requiere un tiempo considerable. Después de la siembra, los clones necesitarán dos años de desarrollo antes de dar los primeros frutos y los investigadores estiman que se necesitarán al menos cuatro cosechas, o sea, cuatro años, para construir una base científica sólida que permita convertir una o más plantas en cultivos comerciales de café descafeinado de forma natural.

“Si el proyecto se completa en 2029, el café descafeinado podría estar disponible en el mercado en 2033”. Sin embargo, es difícil estimar el volumen de árboles disponibles, ya que tendrán que multiplicarse”, puntualiza Júlio César Mistro.

Nuevos cafés, nuevas oportunidades

Además, si las pruebas experimentales confirman las expectativas con el café en desarrollo, denominado AC, en honor a Alcides Carvalho, agrónomo del IAC y promotor de esta investigación, su producción, explican desde este centro de investigación referente mundial en materia de café, podría tener un impacto significativo en el mercado comercial de este producto, brindando a los consumidores una nueva opción y beneficiando a los productores brasileños.
En el desarrollo de este trabajo, además, no solo se han generado plantas con cafeína por debajo del 0,10%, sino también plantas con cafeína entre 0,11 y 0,60%, lo que el mercado considera como bajo en cafeína, de modo que los investigadores también están trabajando en estos materiales, que se han mostrado muy prometedores en condiciones experimentales en la ciudad de Campinas.

Desde el IAC destacan las nuevas oportunidades que el café descafeinado de manera natural puede representar, también, para las empresas que actualmente venden café descafeinado que, según este Instituto, se verían beneficiadas económicamente de este desarrollo, al evitar los procesos necesarios para eliminar la cafeína de las variedades comunes de café.

Y aunque se requerirá tiempo para completar el proyecto y llevar el café descafeinado natural al mercado, la investigación en curso, recuerdan desde el IAC, demuestra el compromiso de Brasil con la innovación y el desarrollo sostenible en la industria del café.

Además, desde este instituto destacan que los avances conseguidos hasta el momento, ponen en valor el banco de germoplasma del IAC, iniciado en la década de 1930 y ampliado durante todos estos años a través de la cooperación internacional. Como ejemplo de ello, los propios granos que han servido de punto de partida de este trabajo de investigación y que llegaron al banco de germoplasma del IAC en la década de 1970. Los granos habían sido recogidos entre 1964 y 1965 durante una expedición de la FAO a Etiopía y guardados en Costa Rica hasta que se enviaron por correo al IAC. Allí los granos permanecieron en el anonimato durante cerca de 30 años, hasta que la investigadora Silvarolla descubrió su singularidad, dando pie al desarrollo de los nuevos cafetos sin cafeína que en pocos años podrían ser la fuente de una nueva e innovadora versión de café descafeinado.

Calidad sensorial

Aunque no es posible todavía poder tener la certeza de cuál será la calidad sensorial de estas nuevas variedades de café descafeinadas en planta, los investigadores del trabajo, en declaraciones de hace poco más de un año, explicaron que algunas evaluaciones realizadas habían revelado plantas con gran potencial para la producción de cafés por encima de los 80 puntos.

“Solemos decir que la calidad del café, incluido el perfil sensorial, depende de la interacción Genotipo x Ambiente, lo que determinará los diferentes atributos es la constitución genética de las variedades, donde prima el origen de la variedad, si es primitiva, si ya ha sido objeto de mejoramiento genético, cruces, etc.”, apunta Gerson Silva Giomo del IAC, investigador científico del IAC desde hace más de 27 años.

Además, el científico recuerda que no se debe olvidar que cada planta tiene su propia constitución genética, la cual se expresará de manera diferente en cuanto a sabores y aromas, principalmente. “Todavía no sabemos nada sobre qué causa estas diferencias en la bebida, pero sí que existen y son muchas”.
Para conocer, pues, todos los detalles de la evaluación sensorial de este nuevo café descafeinado naturalmente, deberemos esperar, aunque por lo apuntado por los investigadores, parece que podemos esperar lo mejor

Fuentes: Instituto Agronómico de Campinas, Reuters, Apqc